_
_
_
_
EL RECONOCIMIENTO DE ISRAEL

"La puerta del Reino de Dios" se abre entre Israel y España

"Ésta es la puerta del Reino de Dios; por ella pasarán los justos". Elías, israelí que lleva casi 20 años viviendo en España, explica así la nueva puerta que se abre entre Israel y España. Admite que son un pueblo voluntarioso, pero no más inteligente que el árabe, y reconoce que aquí, en España, ha tenido roces con algunos árabes. "El peor fue comiendo en un restaurante; me atendió un camarero árabe, yo traté de ser amable", explica sonriendo, "y, cuando acabé, me dijo: 'Hoy te sirvo, pero, si estuviéramos en Palestina, te pegaría un tiro". También perdió Elías a uno de sus mejores clientes, un árabe, cuando éste descubrió que él era judío.

Más información
La ruptura de un secular aislacionismo
Bendiciones al rey
Todos los partidos parlamentarios, excepto el PCE, respaldan la medida

El israelí posee una tienda de objetos de regalo en el primer piso de su negocio; sólo a unos pocos permite visitar la segunda planta, donde guarda numerosos objetos cerámicos que representan los símbolos judíos.Allí mantiene expuestos numerosos candelabros de siete brazos. "En realidad", según explica, "estos candelabros tienen nueve brazos para conmemorar el milagro que ocurrió cuando se reconstruyó el templo de Jerusalén hace miles de años. El único aceite que quedaba en la ciudad sin haber sido profanado por los griegos no alcanzaba casi para llenar los siete brazos, pero, sorprendentemente, el poco aceite alimentó las llamas durante ocho días. Por eso se comenzaron a fabricar con ocho brazos más el central que los encendía", precisa.

"A mí esta situación diplomática" comenta Elías, "me recordaba una frase que pronunció el ex jefe del Estado de Israel Isaac Navon, quien dijo que, paradójicamente, España e Israel eran como dos eternos novios que nunca llegaban a celebrar la boda".

Las festividades del pueblo judío se rigen por el calendario lunar. Ello implica que una de sus celebraciones más importantes, la de Rosh-Hashana (Cabeza de Año), se celebre entre los meses de septiembre y octubre.

Entierro sin caja

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Según explica Elías, también les resulta complicado celebrar sus ritos funerarios en España. No sólo las costumbres, sino también la legislación sanitaria de nuestro país choca con sus costumbres. "Nosotros", dice, "enterramos a nuestros muertos sin caja, solamente con la mortaja, para que puedan estar en contacto con la tierra. En España está prohibido este tipo de inhumación; por eso hacemos un agujero para que la tierra pueda penetrar".Las costumbres alimenticias se establecen bajo dos influencias; por un lado, la espiritual, y por otro, la dietética. Según el dueño de una de las dos carnicerías judías que existen en Madrid, un judío sefardí de ascendencia cordobesa, en el área dietética el pueblo judío se ha adelantado en siglos a la ciencia.

La prohibición de muchos alimentos se hizo en un principio por razones higiénicas. Para ellos el cerdo es un animal impuro que en antiguas civilizaciones se alimentaba de desechos y cadáveres e ingerirlo provocaba la muerte de muchos. "Nuestra forma de tratar la carne es sana", sigue explicando; "el sacrificio del animal lo realiza un rabino que, previamente, lo ha bendecido; no se pueden sacrificar las reses más que con un corte en la yugular y luego se deja que se desangre".

Los judíos sólo pueden comer animales herbívoros, de pezuña partida, motivo por el cual no está permitido incluir camello en su alimentación. También tienen prohibido comer animales depredadores y argumentan para justificarlo que "alimentarse con un animal sanguinario puede influir en el temperamento". La carne no puede tener sangre, por lo que se eliminan las venas y se sala; esto supone un mayor precio por kilo, pero también mayor pureza.

El rabino de la Comunidad Judía de Madrid se encontraba haciendo una circuncisión en Melilla. Según uno de los miembros de la comunidad explicó, este precepto -que se efectúa a los ocho días del nacimiento del varón- simboliza el trato especial de Dios con los judíos. Junto con el acto de confirmación, a los 13 años -en la religión, Bar-Mitsvá-, se marca el final de la vida de un niño judío y después de la última ceremonia ya es considerado un adulto.

La religión judía, según uno de los fieles, no es estricta en aceptar las relaciones sexuales entre personas libres sin haber contraído matrimonio. "Sin embargo", explica, "es estricta con el adulterio, sobre todo porque puede dar lugar a hijos ilegítimos".

La federación de la comunidad judía en España gestiona con las autoridades la asistencia religiosa para los jóvenes de religión judía que cumplen el servicio militar.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_