Órdenes compradoras hacia los títulos baratos
Los pronósticos sobre la evolución de las bolsas en esta primera sesión habían sido contundentes y, sin embargo, los habituales no dejan de sorprenderse por la acumulación de órdenes compradoras en torno a unos valores cuyo único mérito ha sido el de estar baratos. Algunos de ellos han sobrepasado la par con una limpieza que para sí quisieran algunas de las más importantes sociedades eléctricas, que ayer, con algo más de fortuna, se fueron incorporando a la corriente alcista. La pregunta más repetida a lo largo de la mañana se refería al porqué de esta subida, mientras que la contestación, más que aclarar las circunstancias, abre el capítulo de las incógnitas, ya que se responde que hay mucho dinero. A la siguiente pregunta las respuestas fueron ampliándose, en función de la capacidad de cada cual para hacer gestos de perplejidad.Evidentemente los volúmenes de contratación han aumentado, situándose por encima de los 3.500 millones de pesetas efectivas para las acciones, y sólo en el mercado madrileño, lo que viene a confirmar la existencia de una demanda firme que ejecuta sus compras cuando el papel lo permite. El número de valores que se ven obligados a publicar posición de dinero sin operaciones es cada día mayor, alcanzando en la sesión de ayer casi el medio centenar, y figurando entre ellos algunos de primera fila, entre los que hay que destacar al Banco Hispano.
Son pocas las explicaciones capaces de dar cuenta de esta especie de fiebre compradora que registran los mercados de valores, y entre ellas hay dos que tienen ciertas posibilidades de influir realmente en el ánimo de los inversionistas. En primer lugar, y no necesariamente por este orden, está la inversión extranjera, presente en muchas de las compras que se vienen realizando, aunque su volumen es totalmente desconocido por la tardanza en la publicación de estos datos -la semana pasada se conocieron los relativos a noviembre. La incidencia de estos fondos en el mercado quedó de manifiesto el pasado año, a pesar de representar una cifra pequeña en comparación con la inversión interior, por lo que los inversionistas a corto plazo se muestran bien dispuestos a seguir su dirección, y ello desconociendo totalmente los criterios por los que se mueve.
La segunda explicación, más lógica, está en el precio del dinero, cuya trayectoria es descendente, tanto para los pagarés negociados en bolsa como para los depósitos del mercado interbancario, en donde a un día el tipo de interés fue del 2,99%, y a tres meses de¡ 10,54%. Los pagarés del Tesoro negociados con pacto de recompra a una semana alcanzaron la insólita remuneración del 0,5% anual como nivel mínimo y del 5,25% como máximo, negociándose 13.614 millones de pesetas nominales. A tres meses los tipos de interés se mantienen más estables, pues continúan por encima del 9%, aunque las cantidades negociadas son muy bajas. Las operaciones a vencimiento también se mantienen, con unos tipos extremos del 9,11% y 10,55%. Las fuertes bajas en el corto plazo llevan a pensar en un exceso de liquidez que puede estar dirigiéndose a la renta variable, al tiempo que se ha tomado como una muestra de lo que puede suceder en la próxima subasta.
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