La televisión norteamericana es la pionera en las emisiones matinales
La aparición de la programación matinal en las televisiones europeas es un fenómeno reciente. La BBC fue la pionera, con su madrugadora emisión Breakfast time, un programa que comenzó a editarse el lunes 17 de enero de 1983, con la pretensión de amenizar con noticias e informaciones varias esos difíciles y atareados momentos que preceden al comienzo de un día de trabajo de un ciudadano cualquiera. Fuera de nuestra área continental (Estados Unidos, por ejemplo), la cobertura de este inexplorado espacio horario se había producido con bastante anterioridad. Ahora es TVE la que hace lo propio, estrenando su programación matinal el próximo lunes 13 de enero. El modelo adoptado por la cadena de televisión española, una mixtura de retales informativos, concursos y telenovelas (y/o seriales) tiene en sus precedentes americanos y europeos una fuente directa de inspiración.
En Estados Unidos, la ABC, la NBC y la CBS, con sus respectivos programas matinales, están manteniendo una dura competencia en los últimos años por algo más de un billón de dólares, anuales en ingresos de publicidad que supone la daytime television.Hay varias razones para que esta programación matinal acapare la atención de las cadenas televisivas. Una de ellas es que cada vez son más los anunciantes que, ante el fuerte incremento de los precios por spot en las horas claves de la emisión nocturna (prime time: de ocho de la tarde a once de la noche), y teniendo en cuenta que su audiencia más atractiva está entre las mujeres de 18 a 40 años (la programación matinal cuenta en mayor proporción con ellas), están desplazándose a estos espacios televisivos de la mañana. Por otro lado, el anunciante paga mucho más dinero por un spot en el espacio horario nocturno, pero también es cierto que un espectáculo en esas horas cuesta a la empresa televisiva bastante más de lo que le cuesta otro destinado a la programación matinal (si un episodio de un serial de prime time puede costar por término medio unos 800.000 dólares, a cinco episodios de una telenovela destinada a las primeras horas del día le bastará con 550.000). Por si esto fuera poco, hay además el doble de espacio dedicado a la publicidad en la daytime television: unos 12 minutos por cada hora de emisión. Y si a esto le añadimos un descubrimiento reciente de los sondeos de audiencia, como es que el público matinal es más leal, en términos generales, se comprenderá por qué las tres compañías americanas luchan desesperadamente por conquistar este mercado.
Hasta 1977, con Good morning America, la ABC se llevó de largo la mejor tajada del pastel (600 millones de dólares en ingresos de la publicidad, frente a los 350 de la CBS y los 250 de la NBC), pero a partir de esta fecha la CBS y su The CBS morning news comenzaron una amenazadora escalada, llegando a destronar a la ABC. El tercero en discordia era y es The today show, de la NBC. La tradicional fórmula de mezclar concursos, noticiarios, soap operas e informaciones varias, que van desde un régimen dietético al reportaje de la vida cotidiana del último pescador de perlas en agua dulce, es, con variaciones poco sustanciales, la misma para las diferentes programaciones matinales, si bien la dura competencia hace que éstas estén sometidas constantemente a reajustes encaminados a monopolizar espacios de interés de cara al público (Today concede más interés al mundo de los negocios que Good..., dedicada, ésta prioritariamente al mundo del hogar; Today da noticias cada 30 minutos, mientras que Good... las ha desplazado al espacio ABC News, etcétera).
Modelos europeos
En el Reino Unido, sólo un mes tardó en aparecerle competencia al Breakfast time de la BBC. La cadena independiente ITV estrenó en febrero de 1983 Good morning Britain, amenazado desde su nacimiento por los problemas derivados de la disputa entre los actores de spots y las compañías publicitarias, y por la abrumadora mayor popularidad inicial de la emisión de la BBC (más de tres cuartos de la audiencia). Las dimisiones en cadena, los reajustes de plantilla y la búsqueda continuada de un programa que aumentara el número de sus seguidores fueron el pan de cada día de Good morning Britain y su empresa productora (al frente de la cual estaba Peter Jay, el anterior embajador británico en Washington). Tan sólo aciertos como el espacio Diet with Diana Dors (o cómo adelgazar 25 kilos en cinco meses) supusieron una ligera mejoría en estos primeros pasos de la TV-AM. Posteriormente, la audiencia se distribuyó más equitativamente: 1,5 millones para Breakfast time y 1,1 para Good morning Britain. De ambos programas se ha dicho que ofrecen menos noticias y más frivolidad que sus equivalentes americanos.Lo primero que llama la atención en el caso italiano es que no hay, hablando en propiedad, una Breakfast television (como se da en Estados Unidos, el Reino Unido o Francia). Antes de las 8.30 es inútil encender el televisor. La televisión pública y la privada (esta última empieza una hora antes) han preparado una programación en la que los concursos (Pronto... chigioca?, que conduce actualmente Enrica Bonaccorti sustituyendo a la celebérrima Raffaela Carrá es sin lugar a dudas el programa estrella de la RAI-1 matinal), los telefilmes, los dibujos animados, los quiz games (cuatro seguidos en la mañana del Canal 5) o las películas lo invaden por completo. La monotonía es a veces escandalosa, como en el caso de Italia 1, que emite telefilme tras telefilme hasta la 1.30, toma un pequeño respiro con un programa-juego, y vuelve por sus fueros con indesmayable tenacidad. Actualmente, en la RAI-2 el programa concurso Cordialmente es seguido por un telegiornale y una serie televisiva. Por su parte, la RAI-1 empieza con una película para televisión, sigue con una crónica del tiempo y un brevísimo telediario y se sumerge durante una, hora y media en un concurso amenizado por música y variedades.
Bonjour la France y Télématin son los programas madrugadores de nuestro vecino país, el primero durante el fin de semana, a las 8.00 horas, y el segundo, de lunes a viernes, a las 6.45. Ambos ceden buena parte de su tiempo de enúsión a los informativos, aunque también acuden a los concursos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.