Tenso careo entre Ruiz-Mateos y Luis Romero Agarrado, ex director general de la división bancaria de Rumasa
El ex presidente de Rumasa, José María Ruiz-Mateos, y el ex director de la división bancaria del holding, Luis Romero Agarrado, mantuvieron ayer un tenso careo ante el juez de delitos monetarios Luis Lerga, que, en dos ocasiones, tuvo que pacificar el ambiente de crispación entre los careados llamándoles al orden. Uno de esos momentos tuvo por origen la afirmación de uno de los careados que puso a Dios por testigo de la veracidad de su aserto, lo que fue cortado por Lerga pidiendo que "dejaran a Dios al margen de la cuestión".El careo fue calificado por las citadas fuentes de "duro y muy violento", aunque Ramón Pelayo, abogado del financiero, consideró que había sido "normal, aunque ha habido cierta tensión".
El objeto de este careo era aclarar las contradicciones existentes en las declaraciones de Ruiz-Mateos y Romero Agarrado sobre la apertura de cuentas de crédito a personas que no tenían conocimiento de ello en bancos del grupo, para regularizar formalmente sus pérdidas, ocultando la situación al Banco de España.
El desarrollo del careo en esencia fue así:
Romero. Tú ordenaste la apertura de las cuentas de crédito.
Ruiz-Mateos. No, fuiste tú.
R. Cómo voy a decidir yo una cosa de esa importancia. Si yo no tenía categoría ni para dar una gratificación de 10.000 pesetas, ¿cómo voy a disponer de 500 millones?
R.M. Tú eras el jefe de la división bancaria. Estas cosas se te ocurrieron a ti para rellenar el vacío que te hacía falta cubrir.
R. No es cierto. Lo ordenaste tú.
Las fuentes informantes destacaron lo violento de la situación, ya que Ruiz-Mateos y Romero Agarrado son amigos de la infancia en Jerez de la Frontera, donde iban juntos al instituto. "Han colaborado durante 30 años", manifestaron las citadas fuentes, "y de repente las circunstancias de la vida les han enfrentado". Otras fuentes señalaron que Ruiz-Mateos había actuado como si Romero le hubiera traicionado.
El careo entre Ruiz-Mateos y el ex director general de administración de Rumasa, Manuel Sánchez Marín, transcurrió en términos bien diferentes, prácticamente entre abrazos y sin discrepancias. Según las citadas fuentes, Ruiz-Mateos fue "enormemente generoso"_y dijo: "Lo que diga este señor lo acepto, porque es una buena persona".
Este careo estaba relacionado con el incremento ficticio de activos mediante asientos contables que no se correspondían con la realidad.
Hombre disciplinado
Sánchez Marín dijo que siempre ha sido un hombre disciplinado y que, aunque no se trataba de que Ruiz-Mateos ordenaba y él obedecía, como colaborador, discutía amigablemente acerca de lo eleva do de la valoración. Sin embargo, cuando Ruiz-Mateos le explicaba que no era elevada la valoración y le exponía las razones, él siempre obedecía. Ruiz-Mateos afirmó que, según su criterio, Rumasa valía el doble de lo que se hizo constar.
Finalizados los careos, tanto Romero Agarrado como Sánchez Marín echaron a correr para eludir contestar las preguntas de los informadores. Romero se introdujo rápido en un vehículo que le esperaba a 30 metros del juzgado, pero Sánchez, con un estilo depurado, dejó atrás a los periodistas con un sprint de más de 150 metros.
Ramón Pelayo, abogado de Ruiz-Mateos, dijo a La salida del juzgado que "conforme se van produciendo las diligencias y careos, me da la sensación de que el sumario se va deshinchando como un globo. La gravedad inicial de los delitos se ha desinflado en los dos aspectos que afectan a mi cliente".
Esta mañana se notifica la resolución de la Audiencia Nacional sobre el recurso contra la prisión del financiero.
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