Entrevista con el rey Juan Carlos I
Pregunta. ¿Qué ha significado para Vuestra Majestad este año 1985 en el que se ha cumplido el décimo aniversario del inicio de vuestro reinado?Respuesta. Cuando se está al frente de una institución cuyas características principales son la permanencia y la continuidad, el cumplimiento de una década supone tan sólo una fecha más en ese camino que no puede medirse por períodos limitados, y, por tanto, no debe considerarse como un acontecimiento excepcional.
Ahora bien, los 10 años transcurridos desde que se inició mi reinado son precisamente los primeros de una nueva época en que se produjo en nuestra patria una profunda transformación política, tuvieron lugar hechos importantes y se fueron sentando las bases para la consolidación de la democracia.
P. ¿En qué medida se parece la España de 1985 a la que estaba en la mente de Su Majestad hace 10 años?
R. Rara vez la realidad se corresponde exactamente con lo que deseamos al dejar en libertad la imaginación. Sobre todo cuando, tratándose de España, se imagina uno lo mejor de lo mejor y desea para ella el porvenir más perfecto y risueño. Pero, aplicado el coeficiente de reducción que la realidad impone a lo imaginado, puedo decir con satisfacción que la Espaila de hoy se encuentra en la línea de lo que yo pensaba que constituían los deseos del pueblo español en cuanto al porvenir de nuestra patria, dentro de un sistema de libertad y democracia.
P. ¿Cuál ha sido el papel del Rey en el proceso de transición democrática cuya paternidad ahora tantos reclaman?
R. Mi papel ha sido el de esforzarme en determinar cuál era ¡ni deber en esas circunstancias y cumplirlo con decisión y entusiasmo. Pero no creo que ni yo ni nadie podamos reclamar la paternidad de un proceso de transición que constituye una obra colectiva, imposible de llevar a cabo por una sola persona.
P. ¿Se siente satisfecho del camino recorrido como Rey de todos los españoles?
R. La expresión Rey de todos los españoles, que tantas veces había utilizado mi padre y que hice mía desde el primer momento de la ascensión al trono, sintetiza mi máxima aspiración. Lo que haya conseguido en este sentido es lo que más puede complacerme. (...)
P. ¿Qué efectos tendría para el equilibrio constitucional el que algún jefe de Gobierno llegara, efectivamente, a actuar como un jefe de Estado bis?
R. El supuesto por usted apuntado no me parece verosímil. Como es lógico, a las más altas esferas de la gobernación del Estado llegan las personas que por su formación, su cultura, su educación y su prudencia son dignas de confianza de sus conciudadanos. Y esas mismas cualidades, con el conocimiento profundo de la Constitución y de la legalidad en general, hacen prácticamente imposible que se ignore el papel que a cada uno corresponde, la forma en que debe ejercerlo y las limitaciones que a ese mismo ejercicio impone la relación con los demás. (...)
P. ¿Cómo valora (...) el comportamiento de las Fuerzas Armadas durante la transición? ¿En qué medida considera que la lealtad hacia su comandante en jefe y el afecto hacia su persona han contribuido (...)
R. El papel de las Fuerzas Armadas ha sido decisivo para que la transición se haya podido realizar de forma tan distinta a la que hace algunos años, al producirse el hecho con el cual se inició, temían muchos españoles, aún influidos por el recuerdo de enfrentamientos pasados. Estoy orgulloso de ostentar la jefatura de dichas fuerzas y de ser objeto de su lealtad y cariño. (...)
P. ¿Qué recuerdo le queda de esa noche del 23 de febrero tan grabada en la memoria de los españoles?
R. Por muchas razones, ha de ser para mí muy doloroso el recuerdo del 23 de febrero; pero me consolaría en parte si, de alguna manera, hubiera servido como vacuna para erradicar las tentaciones de apartarse violentamente de la legalidad constitucional y de la obligada disciplina. (...)
P. ¿Ha llegado alguna vez a imaginar la posibilidad de que durante su reinado pueda llegar a separarse una parte del territorio español?
R. No, nunca he pensado que pudiera separarse una parte del territorio español.
6 de enero
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