Christian Urbita,
un luthier (constructor de instrumentos) de 33 años que vive en Cordes, en el sur de Francia, le ha regalado a su esposa, Suzanne, que es violonchelista, el más pequeño violonchelo del mundo. El instrumento construido por Christian, que ha invertido en él 200 horas de trabajo, mide 27,8 milímetros de altura. Las mismas maderas y técnicas que se utilizan para construir un violonchelo normal son las que ha empleado este luthier, que ha tenido que recurrir al hilo de pescar para hacer las cuerdas. Christian Urbita ha asegurado que, "técnicamente, el instrumento está preparado para que se pueda tocar con él".
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