La automarginación de los homosexuales se debe a la presión social, según un estudio
La mayoría de los homosexuales opta por encerrarse en su pareja, ocultando o disimulando su orientación sexual en las diversas facetas de la vida social (trabajo, estudios, familia, amigos ... ) como respuesta a las fuertes presiones sociales que les impiden desarrollar su vida con normalidad. Ésta es la conclusión más relevante de un estudio sociológico cualitativo, fruto de la realización de 23 entrevistas en profundidad a otros tantos homosexuales en Cataluña. El estudio, el primero de estas características elaborado en España, ha sido realizado por la Fundación Jaume Bofill.
En sus conclusiones, el estudio señala que "los homosexuales pagan en presiones, hostilidad y angustia un sobrecoste social por su conducta", a pesar de la liberalización registrada en los últimos años. El grado de aceptación es mayor, según el estudio, en las clases medias urbanas y en los ambientes más cultos, y menor en los influidos por la educación religiosa tradicional. La mayoría de los encuestados se sitúa en opciones políticas progresistas, y según uno de los autores abundan también quienes afirman simpatizar con partidos nacionalistas.
En la superación de la situación descrita juega un papel decisivo el comportamiento de los médicos, psicólogos o sexólogos que orientan a los individuos. A pesar de la mejora de los últimos años, las personas encuestadas se quejan de la actitud de psiquiatrización que sufren a menudo por parte de estos profesionales. La opción de vivir en pareja, seguida por la absoluta mayoría de los homosexuales, es razonada por éstos con idénticos argumentos a los esgrimidos por las parejas heterosexuales (seguridad afectiva, realización personal ... ), mientras que los sitios de encuentro gais son fuertemente criticados por su dimensión única de lugar de cita sexual.
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