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258 muertos al estallar en Terranova un avión que transportaba tropas de Estados Unidos

Francisco G. Basterra

Doscientos cincuenta soldados norteamericanos pertenecientes a la fuerza de paz del Sinaí, que regresaban a pasar las Navidades en sus hogares procedentes de Oriente Próximo, murieron a primera hora de la mañana de ayer, cuando el avión en que viajaban, un DC-8 civil de una compañía charter, se estrelló nada más despegar del aeropuerto de Gander, en la provincia canadiense de Terranova. Testigos presenciales afirman que el avión -en el que también viajaba una tripulación -compuesta por ocho personas, que ha perecido- explosionó en el aire antes de estrellarse, a sólo medio kilómetro del final de la pista. La Casa Blanca y el Pentágono dijeron en Washington que "no hay razones para creer que se haya tratado de un sabotaje".

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Los soldados procedían de la fuerza multinacional destacada en el Sinaí

El DC-8 había despegado de El Cairo y había hecho escala en Colonia (República Federal de Alemania) para repostar. De Gander debía volar, en el último tramo de su viaje, a Fort Campbell (Kentucky).Un equipo de 10 militares estadounidenses, dirigidos por el general John Crosby, segundo jefe del Estado Mayor de Personal del Pentágono, voló ayer a Gander para recoger información de lo sucedido sobre el terreno. Pero el Departamento de Defensa precisó que no se trata de un equipo investigador, que sí ha sido desplazado a Terranova por la Administración Federal de Aviación Civil.

Ann Hurley, una vecina del aeropuerto, situado a unos 250 kilómetros al noroeste de Saint John, la capital de Terranova, dijo: "Iba a trabajar cuando vimos una gran explosión, y el avión cayó muy rápidamente, encendiendo el cielo". "Por lo que sé no fue una bomba la causante del desastre", afirmó un funcionario del aeropuerto. Hedley Gill, que estaba en la terminal, explicó que había visto al avión dirigirse a la pista de despegue: "Luego oí un ruido ensordecedor y el cielo se alumbró al final de la pista". Las agencias de noticias se refirieron en sus primeros despachos a "la explosión" del DC-8 cuando despegaba.

A la hora de cerrar esta edición se desconocían las causas del accidente, que se produjo cuando el avión acababa de despegar, a las 6.45 (hora local), de una pista de poco más de 3.000 metros de longitud y no había alcanzado aún una altura de 300 metros. El tiempo en la zona no era especialmente malo: nevaba ligeramente; la visibilidad era de 12 millas, y el techo de nubes, de 400 metros. El DC-8 pertenecía a la compañía norteamericana de charter Arrow Air, con base en Miami, cuyas operaciones habían sido objeto de una investigación en 1984 por el Gobierno norteamericano. Las autoridades le dijeron a la compañía, que posee 12 DC-8, que detuviera sus planes de expansión. El DC-8 es un cuatrimotor, equipado con motores Pratt Whitney o General Electric, construido por la McDonnell Douglas, y que voló por primera vez en 1958.

Nada sospechoso

Funcionarios de Gander -una ciudad que durante la II Guerra Mundial fue una importante base militar- dijeron que el piloto no había radiado nada sospechoso a la torre de control durante la maniobra de despegue. El aparato cayó en una zona no habitada situada justo después del perímetro del aeropuerto, junto a un lago. La Policía Montada del Canadá rodeó el área, en la que al mediodía de ayer aún ardían los restos del aparato.

Donald McDonald, un funcionario de la seguridad del aeropuerto -que hasta los años sesenta se utilizaba mucho como escala para repostar en los vuelos transatlánticos- confirmó que no había supervivientes: "Llevamos tres horas entre los restos y no hemos encontrado a nadie con vida. Es una escena dantesca". El aeropuerto permanecía cerrado cuatro horas después del accidente. Las víctimas viajaban con el uniforme, y algunas de ellas tenían aún puestos los trajes de campaña.

Los soldados muertos (tres de ellos eran mujeres) pertenecían al III Batallón de la 101ª División Aerotransportada, que acababa de concluir su período de servicio de seis meses en la fuerza pacificadora de 11 naciones de la península del Sinaí, encargada de que se cumplan los acuerdos de separación del tratado de paz firmado por Egipto e Israel en Camp David en 1979. Estados Unidos participa en esta fuerza junto con militares de Canadá, Colombia, Uruguay, Australia, Nueva Zelanda, Reino Unido, Francia, Italia, Holanda y Fiyi. El contingente norteamericano que patrulla en el Sinaí es de 1.200 hombres.

Dos DC-8 estuvieron implicados en dos de los 15 peores desastres de la historia de la aviación. Ciento noventa y un peregrinos procedentes de La Meca murieron cuando su DC-8 charter holandés se estrelló en Sri Lanka (antiguo Ceilán) el 4 de diciembre de 1974. El 15 de noviembre de 1978 otro DC-8 charter, de Incelandic Airlines, se estrelló también en Sri Lanka, cerca del aeropuerto de Colombo, causando la muerte de 183 personas.

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