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Crítica:El cine en la pequeña pantalla
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Bergman, el 'difícil'

Comienza hoy, con Puerto, un ciclo televisivo sobre la figura célebre de Ingmar Bergman. Quizá sea Bergman, a escala popular, aún hoy, el más famoso de los cineastas digamos -sólo en un principio- difíciles. Por lo menos el más representativo de lo que, en un sondeo general, se entendería por director dificil. Y es que hay ahí, en el término difícil, una espina clavada con saña en el séptimo arte; una espina, además, a dos bandas. Por un lado, la que corresponde al espectador corriente y moliente que desde hace ya casi 40 años, cuando el apellido sueco del cineasta empezó a sonar en festivales y rincones especializados, ha creído ver en él un artista inaccesible. Un público, aunque presumiblemente equivocado, perfectamente lícito y, siendo como es el suyo un criterio basado en razonados argumentos, del todo respetable. Por otro, un público quizá no tan lícito: el que viendo lo mismo que el anterior, es decir, al director difícil, al cine difícil, se vuelca sobre él, lo devora en alabanzas y espeta lecturas retorcidas sobre sus películas sólo para demostrar gustos exquisitos. Así se volcó media humanidad hace una docena de años con Gritos y susurros, el no va más de las angustias metafísicas. Ahora una película tan estupenda o más que aquélla, De la vida de las marionetas, ya no se come un rosco en las carteleras, y ni siquiera la reposición, íntegra, de la propia Gritos y susurros despierta el menos interés. ¿Qué ha pasado? Sencillamente que el pelotón de esnobistas -un tanto por ciento muy elevado del público potencial- que hace sólo unos años babeaba ante Bergman y sus existencias ha aumentado el volumen de sus barrigas, goza de hijos y vida estable y ya únicamente de tanto en tanto luce sus refinados paladares -tal vez con el propio Bergman, con El rey Lear teatral-, mientras que el relevo, los públicos actuales, no parece necesitar posturas artificiales, y si lo que les va es Los cazafantasmas, pues hala, Los cazafantasmas. Maldito mundo: ¿no podría haber un equilibrio entre aquel y este público, un público con sano juicio? ¿O sólo las célebre minorías silenciosas lo poseen?

Historia de amor triste

Pues para esas minorías silenciosas está este ciclo de Bergman que hoy se descorcha. Sin embargo, a esa minoría silenciosa no hace falta decirle quién es Bergman; lo ha consumido a conciencia durante lustros. Este ciclo debería estar también orientado hacia las mayorías ruidosas, y el error más monstruoso de la programación de sus películas -el doblaje, si es que, como de costumbre, se doblan- puede ser un involuntario primer paso hacia la conquista de nuevos adeptos, que descubrirán el ligero y asequible arte del autor. Porque ¿qué hay de difícil en el cine de Bergman? El cine de Bergman, a saber, nos habla de personas, nos muestra comportamientos, fluctúa constantemente entre sentimientos muy humanos, retrata caracteres masculinos y, sobre todo, femeninos absolutamente creíbles, identificables. Adapta Shakespeare. Explora el silencio y la incomunicación, como usted, que se aleja del mundo blindándose las puertas. Se cuestiona como cualquier hijo de vecino la existencia de Dios y su influencia en la nuestra propia. En la película de hoy, Puerto, un chico y una chica viven una historia de amor triste, la sociedad les pesa, buscan una salida. En la de la próxima semana, Juegos de verano, una muchacha, durante su período vacacional, conoce un amor fugaz, del que quedará sólo un leve aroma en el recuerdo. Bien, ¿qué hay en todo eso de difícil si Bergman nos lo expone a través de imágenes transparentes, emotivas, lúcidas, sentidas, serenas y bellas y a menudo algo amargas, algo tristes? Lo difícil, la verdad, es creer que los kriptonitas existen y, encima, vuelan, aunque no debemos ensalzar una cosa en detrimento de la otra, ya que en espectáculo entra todo y, por supuesto, el de Supermán es un grato, gratísirno espectáculo. Pero Bergman también. El espectáculo de la vida, la comedia de la vida. La vida misma. Otras películas que se emitirán en el ciclo son Tres mujeres, Como un espejo, Los comulgantes, El silencio, La hora del lobo, El huevo de la serpiente, Sonata de otoño y Después del ensayo, ésta última, realizada en 1958 para la televisión sueca, es inédita en España.Puerto se emite hoy a las 22.05 horas por TVE2.

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