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El incendio de dos vagones en Villaverde paralizó el tráfico ferroviario de Atocha

El incendio de dos vagones del tren de cercanías que cubría el trayecto Madrid-Parla, ocurrido a la altura de la estación de Villaverde Bajo, y que afectó al tendido eléctrico, dejó sin servicio ferroviario a la estación de Atocha durante algo más de tres horas, desde las 14.10 hasta las 17.30 aproximadamente. Cientos de viajeros que esperaban los trenes de cercanías en la estación de Atocha invadieron ayer las vías y manifestaron de diversas formas su "profunda indignación", según palabras de uno de ellos, "por la incompetencia de Renfe para asegurar el servicio y para buscar alternativas en caso de emergencia".

El incendio ocurrió a las 14.12 minutos, a la altura de la estación de Villaverde Bajo, y afectó a dos unidades de cercanías ocupadas por viajeros que cubrían el trayecto Madrid-Parla. Los viajeros lograron ponerse a salvo por sus propios medios. El fuego, según un portavoz de la compañía, afectó a los cables de la catenaria -el tendido eléctrico que suministra energía a los trenes- y dejó sin acometida a todo el tendido ferroviario de la zona sur, con lo que quedaron sin servicio los trayectos Atocha-Parla-Badajoz, Atocha-Fuenlabrada-Cáceres y Atocha Aranjuez-Andalucía, aunque este último pudo restablecerse minutos después.La línea Atocha-Parla-Badajoz, dijo el referido informante, quedó restablecida técnicamente hacia las 16.30, pero no pudo entrar en funcionamiento inmediatamente debido a que un grupo de personas había ocupado la vía. El portavoz de la compañía lamentó que al retraso originado por incidentes imprevisibles como el ocurrido ayer haya que sumar el producido por viajeros alterados, que no hacen sino empeorar la situación. El citado portavoz no pudo facilitar en la tarde de ayer el número concreto de trenes que se vieron afectados por la paralización del tráfico, aunque "serán unos dos o tres de largo recorrido", dijo, "y a razón de uno cada media hora en los de cercanías".

Confusión en Atocha

A las cinco de la tarde la confusión en la estación de Atocha era enorme. En la oficina del jefe de estación, decenas de usuarios se agolpaban con sus billetes, en medio de frases de reproche y críticas contra la compañía. El jefe de estación escribía y sellaba en cada billete una justificación para que el usuario pudiera recuperar su importe. Al mismo tiempo contestaba a las preguntas y respondía al teléfono. La oficina era un caos en el que los rumores sobre la pronta reanudación del servicio cosechaban una única respuesta: "Por ahora está todo paralizado".Tal contestación era inmediatamente seguida de imprecaciones: "¿Pero por qué Renfe no pone un servicio de autocares?, y nuevas imprecaciones y expresiones de disgusto ante la información de que la compañía no tenía en ese momento vehículos disponibles. Fuera, casi encima de la oficina del jefe de estación, un cartel publicitario mostraba la leyenda Mira el tren con ojos nuevos.

Los viajeros que esperaban en la estación desde que se interrumpió el servicio de trenes, hacía tres horas, paseaban o daban saltitos para combatir el tremendo frío reinante en la abierta estación. En los corrillos, el tema de conversación eran las continuas deficiencias de Renfe a la hora de asegurar el cumplimiento de los servicios de cercanías.

A la salida de la estación, cinco furgonetas de la Policía Nacional estaban vigilantes. Un numeroso grupo de agentes se había situado a corta distancia de un grupo de viajeros que invadió las vías.

Aproximadamente a las 17.15 un aviso por el sistema de megafonía daba cuenta de la habilitación de dos trenes para cubrir los trayectos a Parla y Fuenlabrada, movidos por gasóleo, aunque este último extremo no fue citado en el aviso, sino que fue explicado por un empleado y que no hizo sino echar leña al fuego: "Pues si al final han recurrido a trenes movidos por gasóleo, podían haberlo hecho hace tres horas", dijo uno de ellos.

Tras el aviso, cientos de personas asaltaron literalmente los dos trenes, que partieron abarrotados.

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