Eva Morand,
de la ciudad sueca de Lund, se precia de tener el gato más limpio del país. Mientras ponía ropa en su máquina de lavar, en un descuido se introdujo en ésta su gato Mitzi, de tres meses. Eva puso en funcionamiento la lavadora y el gatito giró envuelto en agua y jabón durante 20 minutos. Cuando la sorprendida dueña advirtió su presencia en la máquina encontró al gato con vida y muy limpio. El veterinario se limitó a suministrarle antibióticos.
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