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El Partido Liberal arrasa en las elecciones de Quebec

Francisco G. Basterra

El Partido Liberal arrasó en los comicios celebrados en Quebec el pasado lunes, acabando con nueve años de Gobierno de los nacionalistas del Partido Quebequés (PQ), en una elección que, por primera vez en una década, no se ha centrado en las cuestiones de la independencia o el idioma de la mayoría francófona de esta provincia canadiense. Los electores han creído en las promesas de nuevos puestos de trabajo y menos impuestos realizadas por los liberales.

El Partido Liberal, que encabeza el economista de 52 años Robert Bourassa, ha obtenido 99 de los 122 escaños en el Parlamento provincial pero, paradójicamente, su líder no ha logrado su escaño en los suburbios de Montreal. Una próxima elección parcial, provocada artificialmente por la dimisión de uno de sus diputados, le permitirá encabezar el Gobierno de Quebec.La elección marca el fin de una época y acaba, por ahora, con la presencia dominante de los nacionalistas francófonos, que subieron al poder encabezados por el mítico René Levesque en 1976. Pero, en sus nueve años de gobierno, no consiguieron su objetivo: la soberanía para esta provincia de seis millones de habitantes, de los que el 80% son francófonos.

Pierre Marc Johnson, el nuevo líder del Partido Quebequés, es un abogado y médico de 39 años, que ha acudido a las elecciones abandonando la bandera de la independencia para Quebec. Levesque dimitió como primer ministro del Gobierno provincial en septiembre, dando paso a un líder más joven y conservador que basó su campaña en cuestiones económicas.

Bourassa, una personalidad bastante impopular que ya fue primer ministro de Quebec entre 1970 y 1976, declaró que ahora "comienza una nueva época en Quebec, que nos conducirá a una provincia más próspera, más justa y menos dividida".

Johnson, cuyo partido consiguió 80 escaños en las elecciones de 1981, admitió que "el pueblo quiere un cambio profundo". La década de Gobierno nacionalista logró la primacía del francés como lengua oficial y única en los carteles de calles, comercios y bancos. El Partido Quebequés logró también mejorar el estado social de la mayoría francófona, relegada, sobre todo en los buenos empleos, en favor de los anglófonos, que mayoritariamente han votado por los liberales. Sin embargo, la población de Quebec rechazó en un referéndum celebrado en 1980 un estado de soberanía asociada con el resto de Canadá.

Bourassa prometió hace unos días no cambiar, al menos en un período de dos o tres años, la primacía del francés. El líder liberal quiere mejorar la economía de la provincia, que tiene un 11,3% de desempleo, aumentando su producción hidroeléctrica, cuyos excedentes vendería a Estados Unidos. Bourassa también ha logrado la mayoría del voto de los jóvenes y de los funcionarios, a los que ha prometido incrementos en los subsidios de paro y aumentos salariales.

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Un comentarista canadiense decía ayer que por primera vez en muchos años los habitantes de Quebec han votado con la cabeza y no con el corazón. También es una novedad, resaltó el candidato perdedor, que francófonos y los anglófonos "ya no se están peleando".

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