Margaret Thatcher,
primera ministra británica, conocida a justo título como la dama de hierro, mostró anteanoche a los telespectadores británicos que también tiene su corazoncito. En una entrevista retransmitida por la ITV dentro del programa De mujer a mujer, se le escaparon unas lágrimas, que tuvo que enjugar con el pañuelo, al recordar los desaires que sufrió su padre, modesto tendero de Grantham, al querer participar en la política municipal. Sin embargo, pronto recuperó su composturahabitual y señaló que sigue siendo "inflexible" en las opciones políticas decisivas.
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