Juan José Hernández
Nuevo presidente de la Asociación Española de Palabra Culta y Buenas Costumbres
Juan José Hernández no quiere salvar el mundo. Otros hombres han de acabar con las guerras, difundir la palabra de Dios o abolir las corridas de toros. Hernández se conforma con que un caballero se levante al entrar en la habitación una dama o que un niño salude a un vecino anciano. Por eso, tras 22 años de servicio, le han elegido presidente de la Asociación Española de Palabra Culta y Buenas Costumbres.
"La cortesía se ha ido, la hemos mandado fuera", señala Hernández, un militar retirado que nació hace 59 años en Salamanca. "Nos hemos modernizado, pero se ha perdido mucha amabilidad". Hernández, un afable padre y abuelo, no está muy seguro de la causa de este fenómeno. Lo achaca más bien a las prisas de la vida moderna, a cierto egoísmo de la gente "Estamos corriendo contínuamente de un lado para otro, la gente no piensa en los demás".Para combatir esto, la Asociación está en alerta durante todo el año. En primavera, celebra la Campaña de Comportamiento Humano. En verano cuando algunos de nuestros semejantes se creen en la necesidad de andar ligeritos de ropa, se organiza la Campaña de Moralidad Pública y Sanas Costumbres. En otoño, la de Cortesía. Precisamente la semana del 21 al 28 de octubre pasado fue la Semana Nacional de la Cortesía, aunque muchas personas, sin duda agobiadas por la ajetreada vida moderna, podrían no haberse dado cuenta. No importa: pronto empieza la Campaña de Amabilidad.
La asociación fue fundada en 1930, cuando, dice Hernández "había mucha blasfemia". Actualmente el grupo cuenta con unos mil socios en toda España la mayoría de ellos de cierta edad. Su sede social, en la madrileña plaza de la Paja, fue cedida por la duquesa de Alba en 1954, por lo cual fue nombrada Primera Dama de la Cortesía.
Ayudada por una modesta subvención del Ministerio de Cultura, la asociación puede mandar el material impreso para cada campaña y mantener clubes de ancianos en las localidades madrileñas de Alalpardo y Canillejas. Organiza excursiones para los ancianos, la última a Zaragoza, donde fue bendecida la nueva bandera de la Asociación, que lleva su insignia: Moisés entregando las tablas de la Ley. Hernández hace hincapié en que el grupo es totalmente apolítico.
¿Cómo puede uno comportarse de la manera más ponderada en este mundo tan loco? Amablemente, Hernández nos entregó el Decálogo de la Cortesía, que recomienda, entre otras virtudes, las de afabilidad, fineza, cordialidad y gentileza. Insta a "prodigar a las damas el homenaje de una indudable caballerosidad", y da útiles consejos para tratar a nuestros inferiores: "Emplear en el trato con los subordinados y los humildes la condescendencia, la amabilidad y la paciencia, entendiendo que esas virtudes enaltecen la propia ponderación".
Un Decálogo del Niño recomienda a los más pequeños "mantener compostura y corrección en los lugares de concentración pública y en las relaciones con los semejantes". Conforme de toda conformidad.
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