Ofensiva constante del Athlétic
Noriega se crece ante la adversidad. El mejor partido que se le recuerda en San Mamés, contra el Español, hace tres o cuatro años, en el que consiguió tres tantos, se jugó sobre un terreno impracticable por la nieve. Ayer, a medida que se iba poniendo más dificil, Noriega, el hombre más bregador del actual Athiétic, se fue agigantando hasta convertirse en el mejor. Ya había avisado en el minuto 15 con un zurdazo al travesaño. Luego marcó dos goles.Endika es otro bregador. No había tenido suerte en los primeros minutos. El público, comprensivo con su empeño, le brindó una ovación. Endika, en la siguiente jugada, persiguió a su par hasta las cercanías de Zubizarreta, recuperó el balón y arrancó como una flecha. Ya en el área, Quaranta metió el pie y ambos rodaron por el suelo. El árbitro, que antes se había hecho el despistado ante una mano de Giusto, señaló penalti. Fue el premio a la constancia.
Ocurría esto en el minuto 30. Ahí se le acabó la cuerda al Lieja, que, triangulando el juego con un inteligente Sljivo como vértice, se había aproximado a Zubizarreta con más frecuencia que los delanteros bilbaínos a Drouguet. El gol de Urtubi cambió el escenario, si bien es cierto que el equipo vasco nunca había cedido el control de la situación.
Luego, en la segunda mitad, el temprano tanto de Noriega hizo que el Lieja se desanimase. El Athlétic, espoleado por un público que, como dice Clemente, "es el más ofensivo del mundo", se lanzó al ataque como si de golear a Malta se tratase.
Incluso tras el segundo gol de Noriega siguió yéndose adelante el Athlétic, viéndose entonces las jugadas más brillantes con un Sarabia de nuevo inspirado. Su sustitución, en el minuto 69, se produjo instantes después de haber protagonizado la mejor jugada del encuentro y fue despedido con una atronadora ovación.
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