La fecundación 'in vitro' produce menos niños con anomalías, según Robert Edwards
Robert Edwards, el embriólogo que, junto con el ginecólogo Patrick Steptoe, consiguió el nacimiento del primer bebé probeta, hace siete años, estuvo ayer en Barcelona para participar en el XII Simposio sobre Embarazos Inducidos. Edwards, que llegó con el tiempo justo para dar su conferencia sobre el presente y futuro de la fertilización in vitro, fue rotundo al afirmar que esta técnica produce menos niños con anomalías y que su tasa de éxitos es superior a la tasa de la concepción normal.
"La fertilización in vitro ha llegado a su madurez y está aquí para quedarse", dijo complacido. El profesor Edwards, que viene desarrollando sus trabajos en el Bourn Hall, de Cambridge, habló con médicos y periodistas en un tono extremadamente didáctico. Recordó los duros ataques que sufrieron sus investigaciones en la década de los setenta, "muy parecidos a los que acabo de oír en un congreso de Bruselas, pero ahora referidos a los bebés de embriones congelados". Edwards piensa que dentro de unos años estos ataques perderán actualidad a la luz de las estadísticas."Nos acusaron", señaló Edwards, "de producir niños anómalos. Siete años después, basándonos en los 500 niños nacidos en nuestro centro gracias, a la fertilización in vitro, de madres menores de 40 años, sólo hemos encontrado cuatro que presenten anomalías serias, cuando entre las concepciones normales este porcentaje se duplica, ya que estadísticamente aparecen dos casos de anomalías graves por cada cien niños".
Los cuatro niños que presentaban problemas eran un hidrocéfalo, un enano, un sling traqueal y un pequeño con la mano derecha hendida, lo que permite suponer que no hay correlación entre estas malformaciones, dos de las cuales están bajo tratamiento.
Tres embriones por vez
Edwards también quiso poner de manifiesto que la tasa "de embrión convertido en niño llevado a la cuna" por la fecundación in vitro es más alta que en el resto de la población, pues alcanza el 24%, recomendando la implantación de tres embriones en1odos los casos que sea posible ya que en madres menores de 40 años se alcanza el 30,7% de éxitos.El profesor Robert Edwards, para muchos candidato a un próximo premio. Nobel, no se sintió totalmente satisfecho con el actual momento de esta técnica, "ya que son necesarios grandes progresos". Se mostró preocupado porque muchas pacientes llegan a la fecundación, in vitro, "como último recurso, cuando pienso que debería ser el primero". Se mostró partidario de utilizar la la paroscopia para obtener el ovocito, porque es el método que permite mantenerlo en su propio, medio, sin contaminarlo con orina. Edwards, que manifestó en todas sus explicaciones su devoción por el embrión, se permitió decir, que "el embrión es mi paciente" y matizó su aseveración al recordar que, "cuando está dentro de la mujer, ya es del doctor Steptoe". Pero desmitificó a los embriones que no han conseguido anidar, que son "abortos in vitro", ya que han sido rechazados biológicamente por la madre: "Han fracasado como futuros seres humanos", expuso, "y nosotros tenemos el deber de usarlos para investigación, sin ambages". A su juicio, estos embriones que se hacen crecer en parafina líquida son una gran aportación a la ciencia "ya que permiten medir la vida humana en sus inicios, en una fase que era poco menos que desconocida".
Según estableció a la vista de los resultados estadísticos se han encontrado tres tipos de problemas en los embarazos que tampoco son distintos a los que se presentan habitualmente: embarazos ectópicos (19 casos han tenido en Bourn Hall), fetos que se desvanecen (embarazos múltiples en los que alguno no próspera) y algunos casos de aborto. "Los abortos que nos hemos encontrados no tienen nada que ver con la concepción in vitro sino a problemas específicos de las pacientes". Destacó además que a partir de los 42 años se multiplican en gran manera los problemas de embarazo, de ahí que se re comiende no dejar esta técnica como recurso in extremis, sino acudir a ella cuanto antes, ya que so lucIona una amplia gama de problemas de infertilidad, incluidos algunos derivados del varon.
Edwards se refirió ampliamente a la problemática existente alrededor de la congelación de embriones: "Inicialmente la situación era tal en Gran Bretaña que nos impidieron hacerlo. Ahora ya estamos congelando y hemos tenido trece embarazos. Tenemos un largo camino por recorrer en este campo".
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