El salvamento de los bancos en crisis no ha costado 1,2 billones de pesetas, según Termes

Rafael Termes, presidente de la Asociación Española de Banca Privada (AEB), declaró ayer en Valladolid, donde pronunció una conferencia sobre la función social de la banca, que le parece "inexacto o injusto" decir que el salvamento de los bancos en crisis ha costado casi 1,2 billones de pesetas, lo que supone el 85% del déficit público actual, según la auditoría que el Tribunal de Cuentas está realizando en el Fondo de Garantía de Depósitos.Termes mostró fuertes reticencias acerca de la cifra de coste del proceso de saneamiento bancario: "A mí esa cantidad (1,2 billones) no me sale. Para llegar a una cifra parecida a ésa", dijo, "habría que sumar cosas tan heterogéncas como las ayudas dadas por el Fondo de Garantía de Depósitos, que proceden a medias del Banco de España y de la banca privada, las ayudas proporcionadas por el Banco de España más lo canalizado por el Gobierno a través de la emisión de la deuda especial para el saneamiento de Rumasa".

Rafael Termes señaló que, en cualquier caso, "si ese dinero se ha empleado, no ha sido para salvar a los bancos, si entendemos por bancos la propiedad y la dirección, sino para salvar los intereses de miles de depositantes y los puestos de trabajo de los empleados. Tanto los accionistas como los directivos han sufrido la sanción que en una economía de mercado tienen que sufrir. Muchos de los primeros han quedado arruinados y los segundos han perdido sus cargos y en algunos casos están inmersos en procesos".

A título personal, Termes, que hizo una vez más un canto de las ventajas del liberalismo en el terreno económico, se mostró contrario a este tipo de acciones, que son un exponente de una actitud de intervencionismo que no comparte: "En una filosofía liberal como la mía, esto no debe hacerse. Se debería dejar que los bancos quebraran igual que una castañera de la calle. Pero este criterio no es compartido por prácticamente ningún Gobierno del mundo, porque se considera que el coste de este tipo de quiebras es excesivo, ya que quebranta la confianza en el sistema financiero".