Revolución conservadora
He leído con atención los dos artículos del señor Morodo sobre Las revoluciones conservadoras (11 y 12 de octubre de 1985). Un cierto cúmulo de errores me impulsa a contestarle.Aparte las contradicciones. semánticas de revolución y conservadurismo, no necesariamente opuestas, el señor Morodo señala el fascismo encubierto ("frontal o solapadamente) de los autores alemanes de los años treinta: Spengler, Schmitt, Jünger y Heidegger. Para empezar, digamos que no es el individuo y la sociedad lo que estos autores quieren meter en el Estado, sino todo lo contrario: hacer real el Estado por medio de la participación en él del pueblo. No se diviniza el Estado, sino el pueblo en cuanto comunidad de destino (Frobenius). Spengler no se entusiasma con la llegada de HitIer al poder: en su obra Años decisivos (1933), el nombre de Hitler no aparece ni una sola vez -lo que le será recriminado por los nazis-, habla del III Reich como producto de un "mezquino pensamiento endoalemán", critica el nacionalsocialismo (pp. 21 y 22, por ejemplo) y posteriormente cubrió de sarcasmos el proyecto pro-let-ario de Hitler. Frente al burguesismo que el señor Morodo cree ver en estos autores, basta leer Der Arbeiter (El trabajador, 1932), de Jünger. En cuanto a Carl Schmitt, según el señor Morodo "perversamente sutil", hay que recordar que su base política (la distinción amigo/enemigo) se opone frontalmente a la noción política nazi, que es la designación no del enemigo, sino del camarada (Volkgenosse); que Schmitt criticó, los regímenes de partido único en Staat, Bewegung, Volk (1932); que su concepción de la dictadura (Die Diktatur, 1921) es opuesta a la tiranía opresiva, y se ancla en la tradición latina; que Schmitt fue criticado constantemente por los nazis (por ejemplo, en el libro de Koeffreuter Volk und Staat in der We1tanschauung des National-Sozialismus, 1935).-
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Dos okupas matan de una paliza a dos hombres que pretendían desalojarlos de un chalé en Elche
Sacrificios y cocaína: la Policía desarticula una “secta destructiva” en Santa Cruz de Tenerife
El momento en el que un ladrón intenta disparar a un oficial de policía en Ohio
El baile de Nicolás Maduro con un robot humanoide
Lo más visto
- Lotería de Navidad 2025 | 79432, el primer premio de la Lotería de Navidad
- Comprobar Lotería de Navidad 2025: consulta la pedrea con la lista de números premiados
- El Gobierno y Bildu acuerdan extender a 2026 la prohibición de desahuciar a personas vulnerables
- Europa presiona a Ucrania para que contenga el éxodo de jóvenes hacia los países vecinos
- El PP de Almeida vota en contra de dedicarle a Robe Iniesta un centro juvenil porque antes quiere hablarlo con su familia




























































