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Crítica:'Jazz entre amigos'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Con acento latino

Los responsables de Jazz entre amigos han combinado hábilmente dos grabaciones del festival de Madrid de 1984 y ofrecen hoy un programa de jazz con acento latino, o de jazz hecho por hispanos, según ellos mismos prefieren llamarse.La parte principal de la emisión estará dedicada a Paquito D'Rivera. Tras ese apostrofado nombre está uno de los últimos fenómenos del jazz. Paquito es un señor muy hortera y con mucha gracia que maneja el clarinete con soltura, y toca el saxo alto como los ángeles; o quizá sería mejor decir como los pájaros, en recuerdo de la huella ornitológica que puso Charlie Parker para siempre en ese instrumento. Se le ha visto en España con alguna frecuencia.

El jazz de Paquito D'Rivera es ligero y técnico en la forma, pero caluroso en el contenido. En lenguaje boxístico, diríamos que Paquito combina las virtudes del fino estilista con las del duro fajador. No es un jazz sólo para escuchar. Además hay que verlo, porque Paquito se lo pasa en grande haciendo una música en la que el acento latino se advierte ya en el repertorio, plagado de sambas, mambos y boleros. En la interpretación de ese repertorio, Paquito y su gente -el pianista Michel Camilo, el bravísimo trompeta Claudio Roditi- despliegan todos sus recursos con desenfado, de manera que en cualquier concierto suyo un contrapunto barroco para clarinete y piano puede derivar hacia un frenético ritmo brasileño, para resolverse en el Saltpeanuts, de Parker y Gillespie. Maravilloso.

Completa el programa un argentino, Leandro Gato Barbieri, saxofonista tenor. En tiempos fue tan prometedor como Paquito, o quizá más, porque en vez de meterse en la corriente principal del jazz se metió en su vanguardia; claro que entonces vanguardia y corriente principal estaban mucho más cerca que ahora.

Gato hizo cosas interesantes con gente como Dollar Brand, Don Cherry y el austríaco Michael Mantler. Tenía Gato una imagen que hoy nos parece horrorosa, todo de negro, con sombrerazo y pañuelo al viento, como el hermano bajito del Cisco Kid, pero esa imagen convenció a todo el mundo.

Hoy el Gato anda bastante a la baja y, como el personaje de un tango, dista mucho de ser el que fue. Se perdió en aventuras comerciales y tercermundistas, grabó unas cosas bastante malas que a lo mejor se escuchaban en discotecas, y fue perdiendo fuerza de una manera alarmante. En Madrid le vimos una actuación patética, con algunos resabios de dignidad que es de esperar sean lo que ha rescatado Jazz entre amigos.

Jazz entre amigos se emite hoy a las 22.30 por TVE-2.

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