Barcelona transformará su fachada marítima aunque no acoja los Juegos Olímpicos de verano de 1992
El Ayuntamiento de Barcelona ha aprobado el proyecto de remoción del barrio de Poblenou, en la fachada marítima de la ciudad, que albergará la villa olímpica si Barcelona se convierte en sede de los Juegos Olímpicos de 1992. El plan se llevará adelante aunque la ciudad no acoja los Juegos. Las obras que se prevé realizar afectarán a 49 hectáreas de suelo urbano junto al mar. Jordi Parpal, teniente de alcalde de Urbanismo, considera el proyecto como "el planeamiento urbanístico más importante en Barcelona desde la Exposición Internacional de 1929 y el Plan General Metropolitano de 1976".
El barrio de Poblenou se extiende a lo largo del litoral de levante de la ciudad y es uno de sus puntos de contacto con el mar.El coste económico ha impedido durante años que el proyecto de rehabilitación pudiera acometerse. Ahora, coincidiendo con la candidatura de Barcelona a organizar los JJ OO de verano de 1992, el Ayuntamiento ha visto una ocasión de oro para iniciar un proyecto que contará con el apoyo de diversas administraciones públicas y con la posibilidad del concurso de la iniciativa privada.
Aprovechando el impulso inversor, se espera seguir adelante con la remoción aunque Barcelona no sea elegida por el Comité Olímpico Internacional, si bien en ese caso la meta de 1992 fijada para el fin de las obras quedaría ampliamente postergada.
El Ayuntamiento calcula que sólo en obra pública se gastarán más de 12.000 millones de pesetas, de los que 7.000 corresponden a un convenio con Renfe para levantar o soterrar las líneas de tren que aislan el barrio del mar y el resto del Ensanche.
El proyecto, que ha sido encargado al arquitecto Oriol Bohigas, tiene cuatro ejes centrales de actuación: la defensa de las playas y del paseo marítimo; una zona de equipamientos turísticos, administrativos y deportivos; la avenida del litoral, y la villa olímpica.
En la defensa del litoral el proyecto prevé construir una serie de diques de protección frontal y lateral de las playas -algunos de los cuales ya están en marcha-; colectores para que descarguen las aguas residuales mar adentro y una plaza-península en que terminará la avenida de Carlos I.
Inmediatamente detrás de la franja litoral y la línea de playa discurrirá el paseo marítimo. A continuación vendrá una franja de equipamientos de 150 metros de ancho con dos líneas de edificios.
El cinturón del litoral, considerado en el proyecto original como vía rápida, quedará reconvertido en dos grandes avenidas con cuatro carriles en cada sentido. En el centro se ubicará un parque de un kilómetro de longitud y entre 60 y 160 metros de ancho.
La zona residencial, una de cuyas partes principales será la villa olímpica en que residirán los atletas, comenzará después de la avenida del litoral. Aquí está previsto realizar un amplio programa de reconversión de suelo. industrial en residencial y reordenar la trama diseñada por el arquitecto Ildefons Cerdá mediante la construcción de cinco supermanzanas con una superficie similar a tres manzanas tradicionales del Ensanche, ajardinadas en su interior. De las 3.500 viviendas que podrán construirse en la zona, unas 2.500 serán utilizadas por los atletas.
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