Los titanes de la mímica

El previo es uno de los pecados capitales de la televisión. Al menos, tal es la opinión de sulfurados columnistas que, en tiempos de sequía imaginativa, se dedican a disparar sus indignados cañones contra tan nefando hábito: se sienten estafados, dicen, al comprobar que los cantantes o los grupos de actualidad se limitan a abrir la boca ante las cámaras mientras suena la cinta de su último disco. Esa valoración era compartida por los santos padres del Estatuto de RTVE, que insistían en exigir que se rotulara electrónicamente la naturaleza de cada interpretación. Durante largos meses -la obligación parece haber caído últimamente en desuso-, los programas musicales de TVE se llenaron de misteriosos avisos para advertir al sorprendido público de que Alaska tenía la voz en conserva o que Dyango -que es muy pundonoroso en estos temas- cantaba en directo sobre un fondo pregrabado. No faltaron bravos especímenes que se empeñaron en actuar de verdad.
Estas almas desconfiadas parecen ignorar que se vive en los años ochenta. Desde hace dos décadas, la grabación de un disco se ha convertido en proceso autónomo, totalmente separado del viejo ritual del concierto en directo. Los discos actuales no son -y no tienen por qué serlo- reproducibles sobre un escenario. Denigrarlos como producto de laboratorio sería tan troglodita como atacar a una película por violar las reglas escénicas y no poder ser representada en un teatro; importa el resultado final, su capacidad de conmover.
Sin embargo, los músicos no tienen inconveniente en tocar para televisión. Con excepción de los protagonistas de montajes fantasmales, cualquier artista joven o viejo aceptará el reto, siempre que disponga del tiempo y los medios necesarios. Hay voluntad de demostrar-que-soy-capaz, el impulso gremialista de defender la música en vivo como un acto mágico. Pero la realidad de los estudios de televisión apaga esas ilusiones: ni siquiera la cadena más próspera del mundo puede permitirse tener tres o cuatro bandas tocando en un programa normal; si se trata de grupos con instrumentos electrónicos, supondría infinitas horas de ensayos de sonido y, posiblemente, un escenario para cada uno, "que nadie toque nuestra ecualización".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
Koke, batuta y cañón en la rotunda victoria del Atlético en Girona
Estados Unidos intercepta un nuevo petrolero frente a las costas de Venezuela
Las entidades de Badalona se arremangan y habilitan dos espacios para acoger a migrantes del B9
Villarreal - FC Barcelona en directo | Raphinha adelanta al Barça desde los once metros
Lo más visto
- Uno de los promotores de la señal V-16 de tráfico: “Es duro oír el testimonio de víctimas que han sufrido amputaciones al poner los triángulos”
- Manuel Bustos acepta seis meses de cárcel por cargar gastos privados a la Federación de Municipios
- Los jueces del Tribunal Penal Internacional se rebelan ante las sanciones de Trump: “No hay que ceder”
- Tráfico alerta de fuertes nevadas a partir de mañana en plena Operación Navidad
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”




























































