Selma Lagerlof,
escritora sueca, premio Nobel de Literatura en 1909, ha venido a sufrir, 45 años después de su muerte, el celo implacable de las autoridades impositivas suecas. Un tribunal provincial de Gavieborg ha descubierto que Selma vivía de su profesión de escritora y por tanto sus ingresos como tal deben ser tasados a los efectos impositivos. Como consecuencia, un sobrino de la escritora, Wilhem Ahlgren, único, heredero que percibe los derechos por sus libros, deberá devolver 13.000 coronas al fisco por concepto de la tasación del premio que recibiera 76 años atrás.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.