El anti-De Mille

A Faraón se la considera comúnmente como la película anti-De Mille (o anti-Wyler, puesto que la primera obra que nos viene a la memoria en, la comparación es Ben-Hur). No vamos a ser ahora tan salvajes de tomar partido. Apreciar en lo que vale este filme de Kawalerowicz, y vale mucho, no significa en absoluto abominar de su antítesis. De Mille es la mentira, la historia falseada y puesta al servicio del espectáculo. En Kawalerowicz sucede exactamente lo contrario: es el espectáculo el que presta su servicio a la, presumiblemente, verdad histórica.En cualquier caso, la verdad de Faraón está teñida. Está teñida por un discurso, fascinante y conmovedor, sobre la Polonia de nuestro siglo. El arte malabar, tan .propio del cine, de donde dije Diego digo digo. Porque el Egipto de la dinastía XX es una apabullante exposición de los tics modernos, que está claro no lo son tanto: el poder temporal, regido por una cadena de sucesiones; el poder religioso, hipócrita acumulación de motivos espirituales; el sexo..., todo tiene su situación estable en tres pirámides faraónicas y todo tiene su extrapolación a nuestros días. Con mucha inteligencia y grandes dotes para la plástica, Kawalerowicz pone todo este mosaico en un filme bellísimo y emocionante aunque poco adecuado para televisión, ojo.

Faraón se emite hoy, a las 22.05, por TVE-2.