El juez deja libres a los supuestos asesinos de Antonio Cortina

El juez dejó ayer en libertad provisional a Isaías Vázquez Ovalle, Guillermo Isaza y al ciudadano colombiano Luis Carlos Pulido, acusados del asesinato de Antonio Cortina, padre del teniente coronel José Luis Cortina, militar absuelto de haber participado en el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Los tres quedaron libres el pasado mes de agosto, tras haber cumplido 24 meses de prisión preventiva, según se supo ayer. Los procesados son los presuntos autores del incendio que el 26 de julio de 1983 causó la muerte de Antonio Cortina, de 75 años.

La decisión de la puesta en libertad fue adoptada por el presidente del tribunal que deberá enjuiciar en caso, a petición de los defensores, por haber cumplido el plazo máximo establecido en la reforma de la ley de enjuiciamiento criminal de 1983. No obstante, esa normativa contiene una cláusula de excepcionalidad que puede ser aplicada por el juez.La puesta en libertad de Pulido, Isaza y Vázquez ha sorprendido en medios jurídicos consultados por este periódico. Los dos fiscales de la Audiencia Provincial de Madrid que, sucesivamente, se han ocupado del caso habían solicitado en tres ocasiones la libertad de los tres acusados, por entender que no existían en el sumario pruebas suficientes para mantener la acusación; pero la Audiencia, al confirmar el procesamiento, dejó entrever que había indicios más que suficientes para mantener en prisión a los procesados. Además, la acusación particular, en representación de la familia Cortina, ha pedido en sus conclusiones provisionales penas que totalizan 50, años de reclusión para cada uno de los acusados.

Máxima pena

El abogado de la familia Cortina formuló a principios de verano su escrito de conclusiones provisionales y pidió para cada uno de los procesados penas de 30 años por asesinato y 20 años por delito de incendio. Al pedir la máxima pena, el caso deberá ser juzgado por un tribunal integrado por cinco magistrados, en lugar de tres como es habitual en cualquier otro supuesto.La Audiencia, en el auto que confirmó los procesamientos de Pulido, Isaza y Vázquez, afirmaba que está acreditado que Antonio Cortina falleció por intoxicación de monóxido de carbono a raíz de un incendio provocado. La sala añadía que los procesados habían reconocido ante la policía que entraron en la vivienda del fallecido y que, al ser sorprendidos por el anciano, le inmovilizaron, le pusieron un cojín en la cara, y prendieron fuego a la vivienda para borrar pistas.

Aunque posteriormente todos ellos alegaron haber sido forzados a prestar la declaración autoinculpatoria, según la Audiencia hay más de un testigo que afirma que el procesado que más detalles había dado sobre los hechos al ser puesto en libertad se vanagloriaba de haber sido el autor de los hechos y haber conseguido la libertad alegando malos tratos de la policía. (Se refiere a Luis Carlos Pulido, que fue puesto en libertad provisional, al parecer por un error del juez, ya que a los pocos días ordenó su ingreso en prisión.)

Otro de los procesados que reconoció su participación en comisaría prestó su declaración asistido por un abogado. Este letrado manifestó ante el juez que la declaración había sido de desarrollo normal, aunque intensa.

Los acusados afirmaron haberse apoderado de una cantidad de dinero, que era el objetivo de la entrada en la vivienda, y que tuvieron que marchar precipitadamente al ser sorprendidos por el difunto.

Luis Carlos Pulido, colombiano de 40 años, quedó detenido en agosto de 1983 y confesó ante la policía ser autor material de la muerte de Antonio Cortina en su domicilio de la calle de Biarritz número 3. Precisamente esa vivienda salió a relucir en el Consejo de Guerra por la intentona golpista del 23-F, ya que el entonces teniente coronel Antonio Tejero aseguró que se había reunido en ella con el comandante Cortina -fue ascendido después a teniente coronel-, miembro del CESID. El comandante negó que la reunión se hubiera producido. Pulido, en su declaración, implicaba también a Isaza y Vázquez, que fueron detenidos a los pocos días, cuando él estaba ya en libertad provisional.