Llopart y Marín preparan a sus sucesores
Josep Marín, ganador de la medalla de oro en la prueba de 20 kilómetros de la Copa del Mundo de Marcha, que se disputó el pasado domingo en la isla de Man (Reino Unido), y Jordi Llopart, el otro gran marchador español, están ya preparando a sus respectivos discípulos, los mejores juveniles de Europa, para que tomen el relevo en esta disciplina".
Cuando terminó la ceremonia de entrega de medallas de la Copa del Mundo de Marcha, que se disputó el pasado domingo en la isla de Man (Gran Bretaña), el ganador, Josep Marín, se precipitó en busca de un teléfono para llamar a su mujer: "¿Sabes cómo he quedado", le preguntó. Pepi Ginesta desconocía aún los resultados: "Me llevé una alegría tremenda pero, si quieres que te diga la verdad, mis reacciones son cada vez más normales después de tanto tiempo en este invento".
Marín le explicó también el buen papel de sus chicos. Josep Marín ha empezado a asumir el papel de entrenador de un destacado grupo de jóvenes. "Mi tarea como entrenador está comenzando a dar sus frutos, y cada vez me gusta más este trabajo", dijo Marín. Hasta ahora, el ganador de la medalla de oro en los 20 kilómetros compaginaba el atletismo con sus ocho horas de trabajo en La Seda de Barcelona. El pasado mes de julio solicitó, y le fue concedida, una excedencia por cuatro años. "Ahora viviremos de la beca de la federación, de las clases y de los ahorros", explica su esposa.
El otro gran marchador español, Jordi Llopart, estaba en un segundo plano momentáneo durante el recibimiento a la expedición española en la noche del pasado lunes en El Prat. Su padre y entrenador, Moisés Llopart, destacó el éxito español: "Teníamos un quinto puesto como mejor clasificación y esta vez, sin excesiva suerte, hemos sido cuartos. No estaban los mexicanos, pero ellos, sin Raúl González, ya no tienen la fuerza de antes". Moisés, sin excesivo énfasis, pareció disculpar el octavo puesto de su hijo: "Recibimos las maletas en el último momento, por problemas con la compañía aérea, no pudimos entrenar en los tres últimos días".
Relaciones distantes
Las relaciones entre los grupos que encabezan Marín y Llopart son distantes. Las dos familias parecen estar en una guerra fría que apenas disimulan.
Los jóvenes se prestan a una división por influencias. Los Llopart arrastran al júnior Daniel Plaza, medalla de plata en el último campeonato de Europa sobre una distancia de 10 kilómetros, y Marín entrena a Mari Cruz Díaz y María Reyes Sobrino, que ocuparon el primer lugar en el mismo campeonatos celebrado el pasado mes de septiembre en Cottbus (RDA). Curiosamente, Mari Cruz y María Reyes cruzaron juntas la meta, uniendo sus brazos y ni la foto finish pudo decidir cual de las dos fue la vencedora. Miguel Ángel Prieto, de 21 años y séptimo en los 20 kilómetros de la Copa del Mundo, y Antonio González, 21º en la misma prueba, estuvieron concentrados en Font Romeu con Marín. Llopart, mientras tanto, se entrenaba en el Teide junto a Manuel Alcalde, noveno en los 50 kilómetros.
La rivalidad, pese a los desmentidos, existe. Un atleta veterano explicó a este diario lo que él piensa fue el inicio de la división: "El padre de Llopart entrenaba a su hijo y a Marín. Bueno, pues estaba claro que el entrenador estaba más atento de uno que de otro".
Ahora, el entrenador de Marín se llama Joaquín Lamora, y el propio atleta entrena a los más jóvenes. Josep Marín tiene un objetivo para su carrera, y un problema con las chicas que entrena. Él quiere participar con éxito en el Campeonato de Europa de 1986; en el Campeonato del Mundo de 1987, y en los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988, donde quiere desquitarse del sexto puesto logrado en Los Ángeles: "Participé con una costilla rota y fue sexto, y aún así me llovieron las críticas".
La preocupación respecto a las chicas se centra en la actitud de muchos conciudadanos durante los entrenamientos. Cuando Mari Cruz Díaz se entrena en el Baix Llobregat, junto a Marín, la gente se mete con ella y con las demás chicas: "Le dicen palabrotas muy feas, propias de gente incivilizada", explica su padre.
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