Ballesteros decide dosificar sus actuaciones en EE UU durante los dos próximos años

La decisión de Severiano Ballesteros de abandonar, durante los próximos dos años, su idea de competir asiduamente en el circuito norteamericano de golf se enmarca en la preferencia del jugador español por planificar su vida deportiva de cara a obtener un mayor rendimiento a largo plazo. Ballesteros cree que si atiende a todas las demandas corre el riesgo de durar poco. Con tal decisión, Ballesteros plantea un nuevo problema a la Asociación de Golfistas Profesionales estadounidense (PGA), que deberá decidir en los próximos meses si mantiene a Ballesteros como miembro de su circuito o le quita la tarjeta profesional, que le permite jugar con pleno derecho en los torneos norteamericanos.

A comienzos del presente año, Ballesteros, anunció que su máxima ilusión y dedicación iban a estar concentradas en ganar los grandes torneos, y para ello se preparó un calendario especial. Ballesteros no se ve abandonando el golf en breve plazo y pretende reducir el desgaste sicológico y físico que supone jugar cada semana y viajar por los cinco continentes en un mismo año.Ballesteros ha comprobado que el calendario que se elaboró él mismo., de acuerdo con sus preferencias y descansando casi una semana entre torneo y torneo, ha sido positivo. En Estados Unidos apenas ha jugado 10 torneos y en Europa otros tantos. Ha estado relajado, con menos presión que otros años, y se encuentra en un gran momento de juego. Ha descubierto, a la vez, que le va mejor a su juego y carácter la fórmula de jugar 10 torneos elegidos por él voluntariamente, que jugar 15 obligatorios.

Esta decisión comporta nuevos problemas con la PGA de Estados Unidos, que hace dos años permitió que Ballesteros jugara el circuito sin necesidad de pasar por las clasificaciones previas donde se obtiene la tarjeta especial de los profesionales, hecho que abrió la puerta a otros jugadores españoles. El permiso ex¡gía a cambio que Ballesteros participara en un mínimo de 15 torneos. Este año, según anunció ayer el jugador en Weritworth (Reino Unido) donde hoy se inicia la vigésima edición del Mundial de Matchplay, no jugará más en Estados Unidos, incumpliendo la exigencia de la PGA, que le puede excluir como miembro de su circuito o aceptar, una vez más, las condiciones del español.

Ballesteros corre ese riesgo sabiendo que a los tres grandes torneos que se disputan en Estados Unidos, como a otra serie de torneos menores está automáticamente invitado; y es consciente, además, de que ningún organizador rechazará su participación. Ballesteros ha declarado también que hasta dentro de dos años no volverá a plantearse la posibilidad de incorporarse asiduamente al circuito norteamericano. Es posible que para ese momento, Ballesteros haya contraído matrimonio y baraje la posibilidad de afincarse en Estados Unidos.