Europa corre el riesgo de entrar en un subdesarrollo tecnológico en el año 2000
Europa corre el riesgo de convertirse en el año 2000 en "un continente en vías de subdesarrollo" tecnológico y de perder la preponderancia mundial a partir de esta generación, a consecuencia del declive demográfico y del abandono de su propia seguridad, según señala un informe sobre la situación de Francia en el año 2000 que ha realizado el Comisariado General del Plan.
"Por primera vez en su historia, Europa ya no se encuentra en el corazón de las grandes evoluciones que marcan los destinos del mundo", subraya este informe de 135 páginas enviado al primer ministro, Laurent Fabius, y que está impregnado de pesimismo sobre el futuro europeo.Este declive de Europa encuentra sus primeros síntomas en el apartado tecnológico, elemento clave en la competitividad de la industria. La cuota europea en la producción mundial de materiales eléctricos y electrónicos ha caído desde el 43% en 1978 hasta un 33% en 1983, según el informe oficial.
Temores en Europa
Asimismo, insiste en el temor de que los países europeos estén en el futuro inmediato ausentes de la producción de los grandes ordenadores previstos para desarrollar los programas espaciales y de investigación nuclear."En el horizonte del año 2000 se perfila la amenaza de que tanto Francia como otros países europeos permanezcan de forma duradera en segunda división en el terreno tecnológico, así como el temor real de que Europa sea ese año un continente en vías de subdesarrollo", escriben los expertos, entre los que se encuentra François Stasse, antiguo asesor económico de Mitterrand.
Demográficamente, también Europa ha iniciado su declive: la población de la Comunidad Económica Europea (CEE) representaba en 1960 cuatro veces la de África del Norte; en el 2025 serán iguales. Francia, por ejemplo, conocerá un descenso espectacular en su tasa de fecundidad, que podría conducir, si esta tendencia continúa, a una disminución de su población total a partir del 2015. Y sin un incremento demográfico, señala el informe, "ninguna nación ha podido conservar su potencia militar ni su nivel económico".
