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Vuelve el marqués de Esquilache

El 17 de octubre, 222 años después de su implantación, se celebrará el primer sorteo de la nueva lotería primitiva

Leopoldo de Gregorio, marqués de Esquilache, ministro del rey Carlos III, no sólo implantó en España el uso de la capa corta y el sombrero de tres picos, liberalizó el comercio del trigo y reformó las ordenanzas militares. Aquel soñador puso en marcha también la lotería de números, la primera que funcionó en estas tierras. Desterrada en 1862 por el éxito de la de billetes, la antigua lotería vuelve ahora, 222 años después de su primera implantación. El próximo 17 de octubre se celebrará el primer sorteo.

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El Estado invierte en el juego

En Francia se llama loto national; en Austria, zahlenlotto; en la República Federal de Alemania, mittwoshlotto; en Finlandia, jokeri, en Portugal, toto loto. En España la han bautizado como lotería primitiva. Dentro de muy pocos días, los clientes de las administraciones de lotería y de los despachos de quinielas se van a encontrar un impreso amarillo, muy parecido al de las apuestas futbolísticas, con el que podrán tentar la suerte por cinco miserables duros.En Guzmán el Bueno, 137, la sede madrileña del Organismo Nacional de Loterías y Apuestas del Estado, ya se preparan el nuevo bombo y las nuevas bolas. Ya se preparan también los 400 millones de pesetas en publicidad encargados de dar a conocer esta nueva rueda de la fortuna. "Tendrá un gran éxito, estoy seguro. Será muy popular, posiblemente mucho más de lo que indican nuestras frías previsiones técnicas", aventura Francisco Zambrana, director general del organismo. "Es un juego sencillo, barato y activo. La gente participará, se crearán peñas, andará media España pendiente de los seis números".

Los jueves, sorteo

Cada uno de los nuevos impresos amarillos de la suerte tiene seis tablas con los números 1 al 49. En la apuesta más barata, la de 25 pesetas, el jugador tacha seis de esos números en una de las tablas. Hacerlo en tres de ellas cuesta 75 pesetas; en las seis, 150. Hay también un sistema de múltiples por el que pueden llegarse a tachar en una sola tabla 12 números, lo que cuesta 23.100 pesetas.

En las grandes capitales, los billetes podrán sellarse hasta las ocho de la tarde de los miércoles. El sorteo se hará siempre al anochecer del jueves. De las 49 bolas introducidas en el bombo se sacarán seis, que determinarán el pleno del sorteo, y una séptima complementaria, por la que optarán a premio los apostantes de cinco aciertos. La lotería primitiva tiene previsto repartir en premios el 55% del dinero recaudado; del resto, el 34% irá al Tesoro público y el 11% se empleará en gastos de administración.

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Los premios son de cinco distintas categorías. Además del pleno y del que tenga cinco aciertos y el número complementario, recibirán también dinero los que tengan cinco, cuatro o tres aciertos de las seis, primeras bolas.

Cuando no haya ningún acertante de la máxima categoría la cantidad destinada a ese premio se adjudicará a un sorteo posterior. "Es lo que en los países anglosajones llaman jack-pot y en Francia la cagnotte", manifiesta Magdalena San Miguel, jefa del servicio de estudios, mercadotecnia e información del organismo. "Nosotros lo hemos bautizado como el bote, y estamos seguros de que será un nuevo atractivo para la apuesta. En Portugal, donde funciona este tipo de lotería desde hace unos meses, tuvieron un jack-pot en el sexto sorteo y la recaudación subió de modo espectacular"

Este sistema de lotería de números está extendido por todo el mundo. En Europa lo tienen establecido en la actualidad 15 países. Su carácter popular hace que recaudaciones y premios sean muy elevados. En Francia se han llegado a pagar ocho millones de francos (156 millones de pesetas) a un solo acertante.

La primitiva lotería española que estableciera el marqués de Esquilache en 1763 se mantuvo hasta 1862. Desde 1812 coexistió con la lotería moderna, la de billetes, establecida en las Cortes de Cádiz. La de números se suprimió por la dificultad del transporte y por el nulo desarrollo tecnológico, que hacían muy costosas la recogida y revisión de apuestas.

Ahora, cuando los medios de comunicación han comenzado a hablar de su reimplantación, el cliente habital de las administraciones de lotería ya está interesado en conocer sus características. "Están preguntándonos continuamente por este nuevo juego", afirma Conchita Lacalle, presidenta de la Federación Nacional de Administradores de Lotería. "A nosotros nos parece muy interesante su implantación y no creemos que se note mucho en las ventas de la lotería nacional". Opinión bien distinta tiene María Luisa Juste, titular de uno de los más famosos despachos de lotería de Madrid, La Pajarita, en la Puerta del Sol. "La mayoría de las administraciones tenemos muy poco espacio y se nos forman colas cada dos por tres. Ahora por recoger apuestas de cinco duros dejaremos de vender billetes de 250 pesetas. Debían haber esperado a enero, a que pasaran las colas de los sorteos de Navidad y del Niño".

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