_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Cálida y blanda, despierta la esperanza

El dinero, al menos el destinado a la renta variable, se ha mantenido casi quieto ante el inicio del curso escolar y político. En su ausencia, los índices generales de las bolsas ganaron ayer entre las 21 centésimas de Barcelona y las 13 de Bilbao, con 17 en Madrid; sólo Valencia quedó algo rezagada en el signo de la semana pasada, con su baja de 6 centésimas. Pero estos leves avances muestran cierta resistencia a las presiones vendedoras; donde aparece papel suele haber dinero dispuesto. No han llegado los mayores inversores, aunque sí la esperanza en que pronto se decidan.El desinterés por el riesgo resulta amplio. En Madrid, las subidas de acciones, cuya contratación pareció quedar otra vez por debajo de los 1.000 millones, han estado concentradas: seguros (16 enteros La Unión y el Fénix y dinero no atendido en Mapfre), alimentación y Tabacalera, así como algunas eléctricas y químicas y textiles. En cambio, la renta fija presenta avances prometedores. Los pagarés, cuyos tipos de subasta bajaron para la banca, han aumentado su negociación bursátil: 1.452 millones de pesetas ejecutados normalmente y otros 6.020 con pacto de recompra.

Los grandes bancos, verdaderos canales del negocio, siguen siendo los grandes ausentes. Sus operadores dicen que les faltan órdenes de compra o venta de acciones por parte de la clientela, que el panorama dista de estar claro a nivel general y de sectores. Incluso las cotizaciones de su propio sector se han enseñoreado en la repetición. En Madrid, bajaron un entero el Bilbao y dos el Exterior, mientras volvió a subir el Santander, cuya conversión de bonos en acciones se aproxima. En las otras bolsas sus mayores oscilaciones tampoco rompieron la tónica.

Tanto los comentarios de patio como los boletines bursátiles de varias entidades hablan del lógico impacto negativo esperado de las anunciadas reformas fiscales. Pero si el jueves o viernes pasado alguien pudo atribuir al asunto los ligeros movimientos a la baja, versión incoherente con los escasos niveles de contratación -915 y 893 millones de pesetas-, ayer tales interpretaciones eran menos defendidas. A muchos pequeños inversores todavía no les ha dado tiempo a reaccionar, por lo que se hablará más sobre las limitaciones fiscales proyectadas para las minusvalías y plusvalías, así como para el capital mobiliario e inmobiliario. No obstante, varios gestores de patrimonio comentaban que las fuertes minusvalías fueron realizadadas en los cinco últimos años.

De momento, mayor importancia que lo fiscal parece que ha tenido y tendrá el ambiente monetario creado desde el viernes por la tarde, al dar a conocer el Banco de España que el dinero créció poco en agosto. Aunque su desaceleración no ha sido tan fuerte como en julio, los datos han reforzado la confianza en que no habrá restricción y que los tipos de interés podrán bajar algo más o no subir, lo cual mejorará los diferenciales de la bolsa para el dinero dispuesto al riesgo. Ayer, los pagarés del Tesoro fueron generosos con las previsiones, al descender su tipo medio punto en las ventas realizadas por el Banco de España a las entidades de crédito (14.500 millones al 10,25% para tres meses, 1.617 al 10,62% a 12 y 18 meses, entre otros plazos).

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_