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Cordial y sociable

Quienes conocieron a Oleg Gordievski en su función diplomática le definen como un hombre cordial y de contacto fácil, que frecuentaba los medios parlamentarios y no rehusaba las citas sociales, en las que derrochaba simpatía.El paso de Gordievski a Occidente fue motivado por "razones de principio", y no por promesas de un lujoso estilo de vida, según estimaron medios diplomáticos. Los funcionarios británicos dijeron que el espía, casado y con un hijo, desertó "porque quería vivir en una sociedad libre". Un corresponsal que le trató en Copenhague le describió como "un hombre agradable y sofisticado, usualmente crítico de los puntos de vista occidentales, pero no un soviético ortodoxo".

"No hay ni la sombra de una duda de que él es ahora extremadamente vulnerable a un asesinato o un secuestro", dijo ayer en Londres el kremlinólogo Peter Reddaway. Agregó que probablemente Gordievski tenga que dedicar el resto de sus días a escapar, cambiar su aspecto mediante cirugía, adquirir una nueva identidad y tratar de conservar su vida.

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