_
_
_
_
Bangkok recupera la calma

La noche cubrió la entrada en Bangkok de los frustrados golpistas tailandeses

, Las tropas rebeldes que ayer intentaron hacerse con el poder en Tailandia comenzaron a desplazarse hacia Bangkok durante la noche del domingo, procedentes de la localidad de Saraburi, a unos 100 kilómetros al noreste de la capital.Antes de que amaneciera, unos 20 carros de combate habían tomado posiciones en varios puntos clave de la capital tailandesa, principalmente en el centro de la ciudad, donde se encuentran la sede del Gobierno y los cuarteles generales del mando supremo de las fuerzas armadas.

A las seis de la mañana locales (una de la madrugada en la península Ibérica) una emisora de radio difundió un mensaje en el que los militares rebeldes afirmaban haber derrocado al Gobierno civil. A partir de ese momento las fuerzas golpistas y el Gobierno libraron un duelo a través de los micrófonos de la radio y de la televisión, sucediéndose los comunicados contradictorios y las interferencias mutuas. Cada bando emitía desde extremos opuestos de la ciudad.

Más información
Filmaron su propia muerte

Para entonces, los tailandeses ya se habían trasladado a sus centros de estudio y trabajo y eran muchos los que remoloneaban por las calles más céntricas observando el espectáculo que ofrecían a su paso los carros de combate y los vehículos militares de los golpistas.

El tráfico no se detuvo en ningún momento, salvo en algunos cruces para dejar pasar a las columnas rebeldes. Hacia las diez de la mañana se oyeron numerosos disparos en las proximidades de la sede del Gobierno, donde los dos periodistas del la televisión estadounidense NBC cayeron muertos por las ráfagas disparadas por las metralletas de los rebeldes.

"Voy a volver a casa y abrir una cáfetería", declaró un oficial tailandés al comprobar que el intento de golpe de Estadó militar en el que participó al mando de una unidad de 80 soldados había fracasado.

El oficial, que no quiso identificarse, afirmó ante los periodistas reunidos en los cuarteles generales de las fuerzas armadas en Bangkok que los integrantes de la unidad rebelde que se hallaba bajo su mando llegaron vestidos de civiles durante la noche en camiones ligeros procedentes de las afueras de la ciudad.

Fuera del edificio, centenares de curiosos se agrupaban alrededor de los 20 carros de combate M-41, de fabricación norteamericana, procedentes del cuarto batallón de Bangkok, que fueron utilizados por las fuerzas golpistas.

Retratos de la familia real

El oficial, que se hallaba frente a dos tanques adornados con retratos de la familia real, hablaba con tranquilidad y sin mostrar temor a un posible castigo por su participación en el intento.La frustrada rebelión de ayer fue acogida con aparente indiferencia por la población, aunque algunas personas, intentando justificarla antes de que sucumbiera, alegaron la mala situación económica y el alto coste de la vida. Precisamente, en uno de sus comunicados los rebeldes habían destacado la problemática económica como una de las causas del golpe. Asimismo, habían asegurado que la familia real se encontraba "a salvo" al sur del país y quejas embajadas habían recibido garantías de que ningún ciudadano extranjero tendría problemas.

La primera reacción internacional partió de Washington, donde un portavoz del Departamento de Estado lamentó que "un pequeño grupo de soldados intentara derrocar al Gobierno". "Estados Unidos apoya firmemente al Gobierno legalmente constituido del primer ministro Prem y muestra su contento ante la información de que la familia real se encuentra sana y salva", agregó.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_