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Las centrales espanolas critican a la CGT francesa por su postura sobre Renault

La mayoría de las centrales sindicales de Fasa-Renault han criticado las recientes movilizaciones promovidas en Francia por la Confederación General de Trabajadores (CGT), que pretendían impedir el traslado de maquinaria industrial francesa a la factoría de Palencia. El sindicato comunista CGT lleva ya varios meses presionando a la dirección de la multinacional automovilística francesa para que lleve a cabo determinados cierres de factorías de Renault en España como medio de salvar empleos en Francia.

Para la Unión General de Trabajadores, las movilizaciones promovidas por la CGT francesa "responden más a motivaciones políticas, dada la situación preelectoral de Francia, que al intento de solucionar la crisis por la que atraviesa Renault en aquel país".Por su parte, el secretario del comité Íntercentros de Fasa ha indicado que "esta forma de protesta. ya ha sido puesta en práctica en otras ocasiones por los sindicalistas francesas y nunca han obtenido buenos resultados. Creo", añadió, "que esta vez tampoco va a ocurrir absolutamente nada". Para la Confederación de Trabajadores Independientes (CTI), otro de los sindicatos que ha hecho pública su protesta por la actitud de la CGT francesa, "quienes provocan estos actos y tratan de destruir empresas y puestos de trabajo no son sindicalistas".

El presidente del Gobierno de Castilla y León, el socialista Demetrio Madrid, mostró ayer su preocupación por las posibles repercusiones en la factoría de Fasa-Renault de la situación laboral de esta empresa en Francia. Demetrio Madrid, para quien la problemática de Renault en Francia puede afectar directamente a vitales núcleos de actividad y empleo de Castilla y León, relacionados directa o indirectamente con la empresa Fasa-Renault, ha indicado que el Gobierno autónomo está dispuesto a prestar a Fasa-Renault "todo el interés y esfuerzo institucional".

Fasa-Renault fabricó el pasado año 239.514 turismos y furgonetas, casi un 20% de la producción nacional, y exportó vehículos por importe de 68.602 millones de pesetas. Parte de esta exportación se destina a Francia, al igual que ocurre con vehículos Renault fabricados en Bélgica y Portugal, lo que también ha provocado el descontento de la CGT, que trata de impedir las importaciones de vehículos que ellos mismos fabrican.

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