Uno igual a tres
De un armario puede sacarse un cabecero de cama, una vitrina y un asiento
Las matemáticas no nos sirven en este caso, porque de un armario podemos obtener un cabecero de cama, una vitrina y un asiento. Basta tener el típico armario antiguo que es un trasto porque no cabe en ningún sitio o no se sabe qué hacer con él.El copete del armario es la parte superior, y es lo que será el cabecero. Generalmente se puede separar del cuerpo del armario aflojando un par de tomillos que hay por dentro. La primera operación es serrarlo, dejando solamente la parte delantera. Tiene que ser un buen corte, para que luego quede bien rematado. Lijar las señales que deje la sierra. A continuación hay que hacer un bastidor, que es lo que constituye el armazón del cabecero. Se pueden usar listones de 45x45 milímetros, ensamblándolos con tomillos entre sí y al cabecero. No importa que los ensambles sean caseros, puesto que van a quedar cubiertos después. El bastidor sirve como soporte para un entelado que quedará rematado por el copete. Para entelar el bastidor, se cubre en primer lugar con gomaespuma de 10 milímetros de grueso, tensándola suavemente y grapándola por el interior de los listones (o clavándola, si no se dispone de grapadora). Sobre la gomaespuma se grapa del mismo modo la tela que se eligió para el acabado. En la parte inferior se remata con un doblez hacia adentro, pudiéndose añadir un galón de remate.
Ahora hay que poner el trozo de copete en la parte superior del bastidor entelado, de modo que remate la parte superior del entelado. Esto se puede hacer atornillándolo. Para que no se vean las tripas del cabecero, se cierra por encima con una tabla teñida del color del copete y barnizada después.El cuerpo del armario resulta sencillo de transformar en vitrina, pues ya tiene la forma que deseamos. Es necesario cerrarlo por encima y por debajo con dos tablas de madera maciza teñidas de su mismo color, que se pueden unir al cuerpo con los mismos tornilos que tenía el armario para su montaje. La tabla superior se remata todo alrededor con una moldura de cornisa; la inferior, con una moldura normal, y además se le ponen las cuatro patas (se compran torneadas y tienen una espiga que basta introducir encolada en un agujero de la misma medida).
Se pueden aprovecharlas mismas partes del armario sustituyendo los paneles de madera por cristales (para lo cual hay que desmontarlas con cuidado de no romper la madera). También se pueden hacer nuevas, construyendo dos bastidores del mismo modo que se hacen los marcos, reforzando los ingletes con clavos. Deben hacerse con moldura, plana que tenga rebaje para alojar el cristal, que se sujeta a las puertas por dentro con junquillos finos. Se pueden aprovechar las propias bisagras del armario para poner las nuevas puertas. También habrá que teñirlas del color del armario y ponerles tiradores y cierres o cerradura (todo se puede montar a base de tomillos).
La base es tan fácil de convertir en un asiento como ponerle una tabla encima (rematada si se quiere con una moldura alrededor). Por aquello de la comodidad, conviene ponerle unos cojines. Para la espalda se pueden hacer otros, colgándolos de ganchos decorativos de la pared.
Una cosa: para igualar el color de los viejos armarios hay que usar nogalina y/o anilina de caoba mezcladas y más o menos concentradas hasta conseguir el tono adecuado. Hacer pruebas por detrás teniendo en cuenta que al barnizar el color se oscurece.
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