Con sólo 52 millones de dólares de inversión, AT&T controlará el 80% de su fábrica española
En el majestuoso marco del hotel Real de Santander, ante una mesa con más de 50 comensales, vino rioja de 1968, caviar y cava catalán, Luis Solana, presidente de la Compañía Telefónica Naciónal de España (CTNE), y George Foyo, representante de la American Telephone and Telegraph (AT&T), mostraron ayer a la Prensa una copia facsímile de la licencia de exportación extendida por el Departamento de Comercio norteamericano que desbloquea definitivamente la construcción en Madrid de una planta de microprocesadores de 1,75 micras.
ENVIADO ESPECIAL
Con un simbolismo adecuado a la situación, Luis Solana, que calificó el proyecto como "la mayor exportación de tecnología norteamericana desde la II Guerra Mundial", pidió a los asistentes al acto que brindaran por el éxito de una inversión que presentó como "el primer paso español dentro de la difícil tercera revolución industrial". Jaime Claver, director general de Electrónica e Informática, anticipó que España firmará "muy pronto" su adhesión al Comité de Control de Exportaciones (COCOM), una vez que "se hayan clarificado las posiciones españolas en materia de defensa". "Todo tiene un precio cuando se acude a un sitio a comprar algo", dijo Solana, al referirse al hecho de que España y Estados Unidos hayan intercambiado sendos compromisos por los que el Gobierno de Madrid "hará todo lo posible para evitar que la tecnología transferida llegue de alguna forma a manos de países potencialmente enemigos". El presidente de Telefónica expresó su convencimiento personal de que la firma futura del COCOM, qué obligará a España "menos que el compromiso ahora adquirido", es algo coherente con "nuestra presencia en la OTAN".La licencia de exportación de tecnología que permite a AT&T instalarse en España llegó ayer a Madrid y dio pie a que las dos empresas asociadas en la joint venture, Telefónica y la multinacional AT&T, ratificaran sus acuerdos empresariales por las que se crea AT&T Microelectrónica de España (AT&T ME) con una inversión global de 200 millones de dólares (unos 32.000 millones de pesetas).
De ellos, AT&T aportará 52 millones de dólares en capital, unos 8.400 millones de pesetas al cambio actual, controlando el 80% de la sociedad, y el resto, hasta 65 millones, lo será por Telefónica. El Gobierno español concederá subvenciones hasta un máximo del 30% del total de la inversión (unos 60 millones de dólares) al tiempo que se compromete a facilitar, por medio del crédito oficial, otros 75 millones de dólares adicionales.
Trabajo para 674 personas
La fábrica conjunta, que se construirá en el polígono madrileño de Tres Cantos, en una zona de urgente industrialización (ZUR), iniciará su producción en 1987 y sus ventas alcanzarán, en 1990, un total de 200 millones de dólares. Empleará a un máximo de 674 personas, de las que el 97% serán españoles. Según Foyo, el 80% de la producción estará destinada a la exportación, con el compromiso de AT&T norteamericana de adquirir, hasta ese porcentaje, la producción no vendida.El producto que la planta de AT&T-Telefónica fabricará en Tres Cantos en un microprocesador, vulgarmente conocido como chip, de 1,75 micras, utilizado intensivamente en la microelectrónica e industria de ordenadores. El proyecto nace sobre la base de que sólo el 20% de la producción total podrá ser absorbida por el mercado español y que el resto tendrá que ir destinado a los mercados europeos y norteamericanos, básicamente, aunque sin descartar futuros acuerdos para introducirlos en mercados corno el chino, donde Telefónica tiene previsto firmar en breve un acuerdo con el Gobierno regional de la provincia de Schezuan, para la construcción de una fábrica de telefonía rural.
Desde el punto de vista de Telefónica, el proyecto supone una transferencia de tecnología de punta que, a lo largo de los años, permitirá a España penetrar por su propio pie en el segmento de la alta tecnología. Para AT&T, aparte de resultar muy económico, significa su primera gran salida a los mercados internacionales, después que el Gobierno de Washington acabara con el monolopio que el gitante ha ejercido en el mercado interior estadounidense. Así, al menos, lo interpretó el representante de la AT&T, George Foyo, quien declaró que la multinacional busca con esta fábrica construir su primera base europea de exportación y fabricación de microprocesadores.
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