La operación policial en la urbanización Pablo Iglesias seguía la pista de un alijo de 10 kilos de heroína
La operación policial montada desde el pasado fin de semana en Madrid en torno a un grupo de delincuentes con domicilio habitual en Vizcaya, que finalmente fueron detenidos después de atracar a un joyero y a su familia en su domicilio de la urbanización Pablo Iglesias, en el municipio de Rivas-Vaciamadrid, seguía la pista a un supuesto alijo de 10 kilos de heroína, según informaron ayer fuentes policiales.La actuación policial, que llevó a la casi inmediata captura del grupo armado, fue consecuencia de un dispositivo preparado con gran minuciosidad por la Brigada Central de Policía Judicial, no la Brigada Central de Información, como por error se informó ayer. Se seguía la pista de una supuesta operación de tráfico de 10 kilos de heroína, en el que se presuponía implicada a una banda de delincuentes residentes en Vizcaya, cuyos miembros se habían instalado en un camping próximo a Madrid el sábado pasado.
Los inspectores establecieron un servicio de vigilancia del grupo y de los lugares que frecuentaban, principalmente la urbanización Pablo Iglesias. Policías disfrazados se situaron en lugares estratégicos de la urbanización a la espera de que se procediera al trueque de la droga. Los hechos discurrieron de forma distinta, pues los tres hombres y la mujer a los que se vigilaba no estaban preparando un transporte de heroína sino un robo de joyas.
Descubrimiento del asalto
Gracias al dispositivo establecido, la policía pudo controlar todos los movimientos del grupo en la mañana del pasado martes, hasta el momento de perpetrar el asalto al domicilio de Miguel Ángel Fanegas, representante de joyería, a quien le robaron dos maletas-muestrario con joyas valoradas en 25 millones de pesetas. Los inspectores descubrieron el auténtico plan de los atracadores después de verlos salir precipitadamente con dos maletas de uno de los chalés de la urbanización y cuando uno de los policías localizó exactamente la casa y habló con el joyero y su esposa, que habían conseguido liberarse de las ataduras y mordazas con las que fueron inmovilizados.
Todo el equipo policial dispuesto -incluido un helicóptero- inició la persecución de los atracadores, que fueron detenidos una hora después, mientras se dirigían a Burgos. Las pesquisas posteriores han permitido determinar que el grupo armado se había desplazado a Madrid desde Vizcaya con el objetivo preciso de perpetrar el robo de joyas. El joyero asaltado visita con frecuencia la provincia vasca por motivos profesionales y fue allí donde los atracadores obtuvieron la información básica para preparar el golpe.
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