Cuando la fiesta se transforma en tragedia
Durante los últimos años y en numerosas ocasiones los fuegos artificiales, costumbre tradicional en las fiestas populares, han producido daños importantes tanto a los pirotécnicos como a los espectadores. En julio de 1976, en San Sebastián, un niño de nueve años resultó muerto y 12 personas sufrieron heridas a causa de la explosión de un mortero de fuegos artificiales. Tras este accidente, y hasta esta última semana, hechos de este tipo no se han cobrado otras víctimas mortales en el momento de su utilización pública.Se pueden destacar, por su importancia y por el número de personas involucradas, los que se han producido en la zona levantina, región en la que esta tradición está más arraigada. En las Fallas de Valencia de 1981, durante la nit del foc, se registraron 30 heridos de diversa consideración. Ese mismo año, durante las celebraciones de las fiestas de moros y cristianos, en Biar (Alicante) 36 personas resultaron heridas, cuatro de ellas graves, a consecuencia de la explosión que se produjo tras el incendio de una caja que contenía cohetes para su venta.
En marzo de 1982, en Castellón, durante las fiestas de la Magdalena, 48 personas resultaron heridas al fallar la incineración de una carcasa de pólvora y producirse su explosión. En septiembre del mismo año, en Autol (Logroño), 42 personas resultaron heridas, dos de ellas muy graves, al hacer explosión una bomba de pirotecnia, por un fallo de fabricación.
También cabe destacar el accidente que se produjo en Torrejón de Ardoz en 1982, donde 12 personas resultaron heridas al estallar un mortero lanzador de cohetes artificiales que se desvió de su trayectoria y fue a caer entre el público. En agosto dé 1984, en Bilbao, 203 personas tuvieron que ser atendidas; 16 sufrieron quemaduras de consideración al estallar varios cohetes entre el público que asistía a una demostración de fuegos artificiales.
Explosiones en talleres
La falta de seguridad y la elaboración artesanal del material pirotécnico en talleres ilegales o casas particulares han causado en los últimos años un importante número de muertos y heridos.En 1981, en Orense, se produjeron las explosiones de dos talleres, con un saldo de cuatro muertos. Un año más tarde, en Pedralba (Valencia), en que se produjo la explosión de un taller con el balance de dos muertos y varios heridos, no había tenido lugar ningún otro accidente de consideración.
A partir del año 1983 aumenta el número de accidentes en talleres y fábricas de pirotecnia. El balance del incendio de una fábrica de Valencia en el mes de abril fue de un muerto y tres heridos. En mayo, la explosión debida a la falta de medidas de seguridad en la elaboración y almacenamiento en un taller en Ponferrada (León) causó un muerto y cuatro heridos y el derrumbamiento del edificio. En julio de 1984, en Orense, murieron cinco miembros de una familia al estallar un taller de su propiedad. Tres jóvenes muertos y un herido de extrema gravedad fue el resultado de la explosión de un pequeño taller ¡legal en Moncada (Valencia).
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