Nada es suficientemente malo si aún puede empeorar

Cada mínimo nuevo que marca la contratación dura nada más que lo suficiente para dar tiempo a los seguidores del acontecer bursátil a convencerse de que las cosas pueden ponerse realmente bastante peor. La resistencia que se pudo observar a mediados de la semana a saltar la barrera de los 600 millones de pesetas fue abandonada ante la sospecha de que la situación, cuando menos, no va a ir a mejor.La inversión a corto plazo continúa sumida en sus propios problemas y, al parecer, completamente olvidada de todo lo que no sea el negocio diario. Tanto es así, que el rumor previo a cualquier operación se lanza ya tan sólo media hora antes del inicio del corro correspondiente. La contratación, por tanto, disminuye día a día y ya se encuentra. por debajo de esa cota de 600 millones de pesetas, algo que no se pensaba que pudiera suceder en este ejercicio.

Los problemas que pueda plantear el crecimiento económico en este segundo semestre es tema de discusión tan sólo para los ociosos que no andan embarcados en alguna operación rápida o que ya se encuentran a salvo de ella en la orilla y pueden entretenerse en esas cosas. Mientras tanto, las cifras de la contratación diaria asombran por su insignificancia. Como ejemplo puede servir el mercado a crédito, que de ser un indicador fiable de tendencias a medio plazo es de temer que esté anunciando un estancamiento, aún más prolongado, ya que el jueves pasado, cuando se conseguía ese nuevo mínimo, las operaciones mediante este sistema se encontraban próximas a la desaparición. Sólo cuatro millones se negociaron en ventas y poco más de dos millones en compras, sin que a ese casi 70% que resulta superior las ventas deba dársele importancia alguna.

Como contraste, los pagarés del Tesoro aumentan otra vez su actividad, alcanzando en esta ocasión casi los 6.000 millones de pesetas, de los que 4..830 millones se negociaron con un pacto de recompra entre ocho y 15 días y con un tipo máximo de interés anual del 13,125%, con lo que se mantiene la tendencia a la baja que se iniciara el día anterior.

Mientras la renta variable se encuentra en pleno descenso de los volúmenes negociados, los pagarés han sobrepasado esta semana los 25.000 millones de pesetas. La inactividad ha sido la nota más destacada de este ciclo, y no parece que vaya a cambiarse de signo para el próximo. Como es bien sabido, las semanas que incluyen una fiesta por la tradición vacacional de los puentes y la disminución de los días de cotización, suelen ser ya de por sí muy poco operativas, por lo que es fácil que vuelvan a conseguirse récords en el descenso de la contratación.

Si ya hay algunos corros a los que les sobran ocho o nueve minutos, es posible imaginar lo que puede suceder en los próximos días. Afortunadamente, se espera que para mediados de mes se incorporen los representantes de algunas instituciones, con lo que el interés puede que aumente. Al menos la narración de los pormenores de las vacaciones traerá un poco de aire fresco que puede que cambie algunas ideas.