Una auténtica provocación

Elegir Carmen la de Ronda para abordar lo que hay de tópico y real en la imagen de España, es una provocación. Sara Montiel, Maurice Ronet y Jorge Mistral componen el triángulo fatal de las enfebrecidas pasiones que Mérimée atribuye a la gente que vive al sur de los Pirineos. La propuesta va aderezada de componentes de índole patriótica, pues el replicante de don José es aquí de nacionalidad francesa, con lo que aún se hace más dificil comprender el carácter cambiante de la mujer y el disparate de los decorados de estudio. Para ella, su pecado o transgresión es todavía mayor en cuanto implica una traición a la patria.Tullio de Micheli, un artesano de origen argentino que tuvo su mejor momento a finales de los cincuenta es el responsable de esta exótica coproducción hoy rescatada para La clave. Su trabajo bordea siempre la frontera del ridículo, con una marcada propensión a instalarse en el interior de dicha demarcación. En el filme no se baila ni hay arias de Bizet, pero Sara Montiel practica sus dotes de tonadillera y nos ofrece unas cuantas canciones, a cual más desgarrada. La mejor quizá sea la que culmina con la muerte de Ronet, acribillado en sus brazos:

Antes, por la tarde, La gran sorpresa. Se trata de una de las películas menos distinguidas de Ray Harryhausen, uno de los magos del cine fantástico. El director es el anodino Nathan Juran, hombre con mucho oficio en el campo de la dirección artística, tal y como prueba este filme, en el que los decorados son más importantes que los efectos logrados por Harryhausen a partir de sus técnicas artesanales. Harryhausen es uno de los grandes maestros de la animación fotograma a fotograma, una especialidad laboriosa que entronca con los universos imaginarios creados por Méliès. Hijos de Harryhausen son los mejores centauros cinematográficos, esqueletos espadachines o diosas de seis brazos que manan la espada con habilidad letal .Él es el auténtico protagonista de este viernes, aunque los espíritus amantes del camp pueden preferir el reencuentro con una Sara Montiel exuberante.