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El verano en Madrid

Ocio para todos

Las actividades de animación en las piscinas municipales de Madrid surgieron, de manera casi improvisada, en el mes de junio. No existía un programa previo, ni siquiera un presupuesto para cubrir los gastos que suponía la organización de estas actividades. El Instituto Municipal de Deportes (IMD), organismo del que depende la explotación de 24 instalaciones deportivas en Madrid -15 de ellas con piscinas al aire libre-, convocó al principio de la temporada un concurso de dibujo infantil con las piscinas como tema monográfico."Las ideas expuestas por los niños y las sugerencias que nos llegaban por parte de los usuarios y del propio personal del IMD nos hicieron pensar que había que convertir la estancia en las piscinas en algo distinto, más adecuado a lo que la gente pedía", señala Fernando Arroyo, director-gerente del IMD.

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El programa de animación en las instalaciones del IMD no ha contado con una partida especial en su presupuesto para este año, cercano a los 2.000 millones de pesetas. El dinero para cubrir los gastos ha salido de otras partidas del Instituto y de las distintas juntas municipales, que se han volcado, con la colaboración de algunas asociaciones de vecinos, en la organización de todo tipo de actos. Además de la colaboración espontánea de la plantilla del IMD, constituida por más de 1.300 personas, las actividades han sido organizadas por personal contratado.

El comité de los trabajadores del IMD critica, por su parte, la improvisación con la que se ha puesto en marcha el programa de animación. Manuel Mesto, portavoz del comité, se refiere a "la falta de medios y de previsión, que en varias ocasiones han motivado la suspensión de las actividades". "El personal", añade Mesto, "colabora como buenamente puede fuera de su jornada de trabajo y, pese a que recibe en compensación algún día de libranza, carece de ciertas garantías laborales durante esas horas".

45.000 personas

Durante los meses de verano, una media aproximada de 45.000 personas visitan diariamente las 15 piscinas. La más concurrida suele ser la de La Elipa, por cuyas instalaciones han pasado en los días más calurosos de junio y julio alrededor de 5.000 personas.

Hortaleza, Villa Rosa, San Juan Bautista, San Blas o La Concepción son algunas de las piscinas al aire libre de la parte norte de Madrid, la zona mejor dotada en este tipo de instalaciones de la ciudad, a las que habría que añadir las de Francos Rodríguez y la más reciente del Barrio del Pilar. El resto de las instalaciones se encuentran repartidas entre la zona este (Moratalaz, Vallecas, Cerro Almodóvar) y el sur (Aluche, Moscardó, Orcasitas). Sólo una piscina de verano, la de la Casa de Campo, se encuentra en la llamada zona centro de Madrid.

Existen también sensibles diferencias entre las instalaciones. Mientras algunas, como las de La Elipa, ofrecen una gran variedad de actividades deportivas -entre las que es posible encontrar un estadio de béisbol o un circuito de aeromodelismo-, otras disponen de instalaciones más modestas que se reducen a poco más que una piscina.

El precio de entrada es el mismo en todas las piscinas: 200 pesetas para los adultos y 85 pesetas para los niños. Mediante el sistema de bonos para 20 baños, el precio se queda reducido a más de una cuarta parte. Existe también un bono especial para personas jubiladas, que les permite el acceso a las instalaciones por 45 pesetas diarias.

Las cifras hablan de un aumento en el número de asistencias. El pasado mes de junio aumentó un 14% respecto al mismo mes del año anterior. "En julio", comenta Fernando Arroyo, "se produce normalmente un aumento espectacular". "El año pasado por esas fechas", añade, "se llegó a casi dos millones de asistencias, y pensamos que este año se supere esa cifra". Respecto a este mes de agosto, Arroyo piensa que se producirá el mismo fenómeno que todos los veranos, en que la cifra de asistencia desciende a una tercera parte.

El director-gerente del IMI) considera que "lo importante este año era crear las bases para empezar a funcionar más seriamente en 1986, con un programa de actividades pensado desde meses antes y con una partida específica en el presupuesto anual". "No puedo decir", puntualiza Arroyo, "que esté totalmente satisfecho con la forma en que se han desarrollado las actividades; se han cometido errores debido a la falta de medios".

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