La política del presidente González
En torno al artículo de Ignacio Sotelo La popularidad del presidente (3 de julio de 1985):Es cierto que el PSOE volvería a ganar unas elecciones convocadas ahora. Es igualmente cierto que perdería la mayoría absoluta.
Es cierto que hay discrepancia de juicio entre franjas de la intelectualidad (críticas respecto al Gobierno) y grandes sectores de la ciudadanía media (favorables al Gobierno). Es no menos cierto que hay discrepancia entre otras franjas de la intelectualidad (a sueldo del Gobierno) e importantes sectores de la ciudadanía media (despojados de su sueldo por la política económica del Gobierno).
Es cierto que el PCE lo hizo todo al revés, y de aquellos polvos, estos lodos. Es asimismo cierto que todo el error del PCE fue querer hacer de PSOE sin tener acceso a las dádivas de la fundación Ebert-Flick.
Es cierto que el PCE está muerto como partido comunista. Es también cierto que hay muchos interesados en prolongar su existencia como muerto viviente para que no renazca el partido comunista como tal (e pur si muove).
Es cierto que el presidente tiene prestancia y aplomo ante las cámaras, y que a la mayoría cerebralmente silenciosa (y aún no reconvertida) le basta eso para seguir confiando en él, y Dios dirá. Es cierto, otrosí, que todos los préstamos (también los de confianza) tienen un plazo de amortización.
El presidente se mantiene en el primer escalón de la popularidad (en el país de los ciegos), aupado por la desmesura ultramontana de Fraga y el maquiavelismo zoquete de Carrillo, y ahí seguirá soltando discursetes llenos de adverbios y vacíos de sustantivos hasta que el mal menor se vea demasiado grande, la derecha se enderece y/o el espacio vacío a la izquierda empiece a llenarse de cositas como la presuntamente fracasada huelga general del 20 de junio.-
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