Tres millones de negros acuden hoy y mañana a las urnas en Zimbabue

Cerca de tres millones de negros de Zimbabue acudirán hoy y mañana a las urnas para elegir a sus representantes parlamentarios en los primeros comicios generales que se celebran después de la independencia del país en 1980. Los dos principales contendientes cerraron sus campañas electorales con sendos mítines multitudinarios: el primer ministro, Robert Mugabe, ayer, en la capital, Harare; y su enemigo y ex aliado, Joshua Nkomo, el sábado, en su feudo de Bulawayo, la segunda ciudad de Zimbabue.

Mugabe se presenta con la fundada esperanza de ser reelegido para un segundo mandato, e incluso de ver aumentada la presencia parlamentaria de su partido, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Popular (ZANU-FP). Por el contrario, Nkomo, que se vanagloria de su sobrenombre de padre de Zimbabue y que no ha logrado todavía asumir plenamente la derrota electoral sufrida hace cinco años, se juega en estos comicios su futuro político.En las últimas elecciones de febrero de 1980, ZANU-PF conquistó 57 escaños. El Frente Popular-Unión de Pueblos Africanos de Zimbabue (FPZAPU), de Nkomo, 20, y el Consejo Nacional Africano Unido (CNAU), del ex primer ministro Abel Muzorewa, tres escaños.

Joshua Nkomo no ha perdido la esperanza de resurgir de las cenizas, de un modo parecido a lo que sucedió en las elecciones blancas del pasado jueves, en las que alcanzó una sorprendente y aplastante victoria el ex primer ministro lan Smith, que en el último lustro había visto reducida drásticaente, su influencia política.

Smith, al frente de la Alianza Conservadora, partido frontalmente opuesto a la política del Gobierno, conquistó 15 de los 20 escaños asignados a la minoría blanca de Zimbabue (100.000 personas). En el momento de disolverse la Cámara, sólo contaba con siete.

Es posible que éstas sean las últimas elecciones multipártidarias, ya que Mugabe está considerando el proyecto de crear un partido único como vía de asegurar la unidad del país.

El primer ministro marxista tiene en su haber cinco años de gobierno estable y de relativo progreso económico, con notables avances en sanidad, educación y servicios, sobre todo en las zonas rurales, donde habita todavía alrededor del 75% de la población.