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Reportaje:

Josep Amengual, un amante del mar que conoce a los peces tanto como a sí mismo

Josep Amengual Domingo ama el mar. Conoce a los peces tanto como a sí mismo, según le gusta decir. Los pesca porque aprendió desde muy pequeño que ellos y él tienen un destino parejo: los peces son alimento del hombre. Tiene 41 años y tres campeonatos mundiales de pesca submarina, el último de ellos logrado el pasado sábado en aguas de su tierra, Mallorca. Mide 1,62 metros y pesa 62 kilos. Es disminuido físico de la pierna izquierda pero es capaz de bajar más veces al fondo del mar, a pulmón, que sus competidores, y subir con un mayor número de piezas capturadas. Pero sobre todas las cualidades que definen su persona, es amable. Nadie le conoce un mal gesto. Siempre sonríe y el pasado fin de semana vivió uno de los momentos más felices de su vida: lograr un nuevo título mundial de caza submarina -él prefiere decir pesca- en su propia isla.

En su currículo hay 3 campeonatos del mundo, 2 campeonatos y 3 subcampeonatos de Europa, y 13 de España. A los cinco años de edad se le tuvo que extirpar un tumor en la cadera, que después de un injerto de hueso de la tibia derecha le ha dejado una cojera vitalicia. En el campeonato de Muro-85, un pequeño pueblo mallorquín famoso por sus playas, fue capaz de hacer 80 inmersiones durante las dos jornadas del torneo. Nadie ha conseguido más que él en este minoritario y marinero deporte, que practica desde que se metió en el agua por primera vez, como terapia de su lesión, en El Molinar, barrio pesquero de la capital balear. Allí vivía con sus padres y allí empezó a aprenderlo todo del mar."No tengo entrenador. Nunca lo he tenido". Amengual calcula su preparación, y la lleva a la práctica, de manera autodidacta. Cinco días a la semana, durante todo el año. Se entrena no sólo a hacer inmersiones, sino a conocer a los peces, que son para él más compañeros que víctimas. "Yo nunca he practicado la caza en tierra. No sería capaz de disparar contra un pájaro. Pero los peces son distintos. Son víctimas porque el hombre: ha pescado para comer, a lo largo de la historia".

Tampoco tiene estatura, de campeón, ni complexión física de atleta, exceptuada la característica capacidad torácica de: los buceadores. "Todos los campeones de este deporte somos bajitos. Es curioso. Desconozco por qué". Al igual que él, el italiano Máximo Scarpati (campeón en 1969), el mallorquín Joan Gomis (1961) y los chilenos Alejandro Flores (1983) y Raul Choque (1971). Todos ellos miden alrededor de 1,60 metros. "Quizá nuestra ventaja es que nos podemos meter mejor en las cuevas, donde se esconden los peces".

Su entrenamiento

El programa de un entrenamiento de Amengual es similar al de una sesión completa de campeonato. Primero, elige la zona para las inmersiones (entre 80 y 100 cada jornada); luego, se echa al agua, para seguir a los peces, observarles y conocer sus hábitos; por último, dispara su fusil de gomas, algo así como un arco o un tirachinas, que proyecta un dardo metálico, un arpón, a más de 200 kilómetros por hora, hacia la víctima, que está a tres o cuatro metros de distancia. Después, hay que subir a la superficie, soltar la captura en la barca y repetir la operación. En seis horas, tiempo que marca el. reglamento para cada una de las dos sesiones del campeonato, Amengual consigue bajar más veces que nadie, pero menos la profundidad lograda, importa la frecuencia de las inmersiones y regresar cargado. Este tercer título lo consiguió Amengual, sobre todo, por la captura de un mero de 29,182 kilos, a 32 metros de profundidad, en aguas de la bahía de Pollença.Durante unos entrenamientos para el campeonato mundial de Cuba (1967), cazó un tiburón de 109 kilos. También allí se llevó el mayor susto de su vida: otro tiburón le plantó cara, se fue hacia él y tuvieron que luchar. Amengual le noqueó con un golpe de culata de su fusil, para después salir huyendo hacia la superficie.

El primer título

Desde que se proclamó campeón por primera vez en Cadaqués (1973) han pasado 12 años. Brasil en 1981 fue su segundo título. Con esa diferencia de años, demuestra Amengual que el pescador submarino mejora con la madurez, aunque reconozca que la edad idónea para empezar a competir son los 25 o 26 años. "Yo he perdido rapidez y tiempo de recuperación. Durante las seis horas diarias de competición, los jóvenes me arrancaban muchos minutos. Yo necesitaba de seis o siete minutos para recuperarme después de cada inmersión. Mientras que a ellos les bastaba un minuto o dos para volver a sumergirse. Esto hace que tengan más posibilidades que yo. Aunque no hay que olvidar que la experiencia es muy importante".El campeonato de Muro ha sido relativamente fácil para Amengual, y para su mujer Loreto, y sus dos hijas, que lo están Saboreando con igual ilusión, -así como los aficionados mallorquines. El domingo hubo en Muro toros y cena oficial para la entrega de trofeos y medallas, con el presidente de la Comunidad Autónoma, Gabriel Cañellas, presente. Todos los murenses se pusieron de acuerdo el pasado fin de semana para vitorear y homenajear al feliz tricampeón, que piensa seguir muchos años, "hasta los 90", pescando, "porque creo que me necesita el buceo español". Por supuesto, vive de una marca multinacional de artículos de submarinismo, que le paga 45.000 pesetas al mes por sus consejos. "Este es un deporte completamente amateur. No es mucho el dinero que me paga Nemrod, pero me permite dedicarme exclusivamente a la pesca submarina".

Josep Amengual, que no ha estudiado nunca un libro de peces, que los conoce sólo de convivir con ellos, aprovechó este campeonato para demostrar la supremacía mallorquina en pesca submarina: tres de los cuatro miembros del equipo español son de Mallorca. Y, por esta circunstancia, "todavía nos preparamos mejor".

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