Dexter Gooden,
empleado de la planta de embotellamiento de CocaCola de Anniston (Alabama, Estados Unidos), ha sido sancionado con una retención de salario de 150 dólares (aproximadamente 26.000 pesetas) y con una suspensión de tres días de empleo por haber bebido Pepsi-Cola en el centro de trabajo. Gooden explicó que su mujer le había llevado el lunes a la fábrica el almuerzo que había adquirido en un restaurante dedicado a comida rápida en el que solamente venden Pepsi-Cola. Charles Edwards, director general de la fábrica, declaró: "Es contrario a nuestra política que los empleados beban productos de la competencia en el interior de nuestra propiedad". Por otra parte, la esposa de Gooden manifestó: "Puede parecer divertido, pero se trata de 150 dólares".
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