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Práctico acuerdo para la reestructuración de la deuda de la constructora Huarte

Los 13 bancos que componen el pool de acreedores bancarios de la empresa constructora Huarte y Compañía deberán pronunciarse enun plazo de siete días sobre el plan de refinanciación de la deuda de la compañía que el martes les fue presentado por la gerencia de la constructora. Dicho plan prevé desinversiones de determinados activos de Huarte durante el presente año por valor aproximado de 4.000 millones de pesetas.

A cambio de esta enajenación de activos de Huarte, los bancos acreedores se muestran dispuestos reestructurar la deuda de la compañía a un plazo comprendido entre los cinco y seis años. En concreto, los acreedores reestructuran una cantidad de 3.250 millones de pesetas con vencimientos a 60 meses (cinco años), otra cantidad similar con vencimiento a 66 meses (5,5 años) y un tercio final de idéntica cuantía con vencimiento a 72 meses (seis años). Los tres pagos hacen, pues, una suma total de 9.750 millones de pesetas, que en pesetas corrientes de 1991 equivalen (con intereses) a los cerca de 7.000 millones a que actualmente asciende la deuda de la constructora.El plan establece que los acreedores cobrarán anualmente intereses derivados de sus riesgos en Huarte según una es cala ascendente, que durante el primer año del plan se reduce al puramente simbólico porcentaje del 1%. Y lo que es más interesante para Huarte, el producto de las realizaciones de activos comentadas y cualquier otro excedente de liquidez que genere la empresa serán reinvertidos en la misma durante los años del plan, de forma que entrarán a fortalecer la posición de tesorería de la entidad, ello dentro de la filosofía global que parece presidir el acuerdo entre Huarte y sus acreedores: asegurar la viabilidad de la constructora a largo plazo. Este esquema implica naturalmente el sacrificio de los accionistas de la sociedad, en forma de no reparto de divide7ndo durante tales años.

La deuda actual de Huarte se eleva, en números redondos, a 14.0001 millones de pesetas, de los cuales la mitad corresponden a proveedores, con vencimiento medio de 90 días. El resto pertenece a deuda bancaria que se verá afecta a la reestructuración en marcha. Con el alivio que para Huarte supondrá poder tirar del cash-flow que genere sin tener que pagar a los bancos, la gerencia podrá aten der el problema de financiar el descalabro venezolano, donde tenía invertidos cerca de 40 millones de dólares (7.000 millones de pesetas al cambio actual), de los cuáles al menos 2.750 deben darse por definitivamente, perdidos.

Venta de aparcamientos

La de Huarte es una reestructuración modélica en muchos aspectos, un Explosivos Río Tinto en pequeño, aunque aquí la tarea se ha visto notablemente facilitada por el hecho de la existencia de esos activos que pueden ser pignorados sin que afecten para nada a la capacidad productiva de la empresa. Esos activos son resultado de las inversiones efectuadas por la familia Huarte en los años en que la empresa reportaba beneficios, y se concretan en varios aparcamientos (en Madrid, el de la plaza de las Cortes, calle de Velázquez, plaza de Colón, etcétera) y diversas urbanizaciones. En este programa de desinversión se viene trabajando desde octubre pasado, y una parte importante podría ejecutarse de aquí a septiembre próximo.Huarte está en condiciones d generar actualmente un cash-flow cercano a los 900 millones de pesetas anuales, cifra que puede mejorar mediante una serie de medidas de reestructuración interna previstas en el plan y que también incluyen a la plantilla. Ésta es la parte perversa del tema, ya que el plan prevé la adaptación de la plantilla (968 trabajadores fijos y 350 eventuales) al volumen actual de negocio de la empresa.

La cartera actual de pedido de Huarto se eleva a 38.000'miIllones de pesetas, prácticamente toda en el Interior, con apenas 1.000 millones para este año en el exterior. De aquella cifra, 24.000 millones son para realizar durante el año en curso. La empresa está actualmente pendiente de la resolución de 10 licitaciones para grandes obras internacionales, de las cuales pueden salir dos de la mano de la buena reputación internacional de la que sigue gozando Huarte.

El pasado 31 de octubre empresa y acreedores firmaron ya un preacuerdo para aplazar los reembolsos de la deuda, que incluía ya un programa de venta de activos que no llegó a ponerse en marcha. A causa de la evolución del mercado y de ciertas dificultades coyunturales de liquidez de la empresa, el pool bancario decidió modificar en profundidad esa reestructuración, "de forma que aseguráramos que la empresa no volviera a tener dificultades a largo plazo".

Medios cercanos a la empresa han asegurado, por lo demás, que "es muy probable" que José María Loizaga, ex consejero delegado del Banco Urquijo, se convierta en el nuevo presidente de Huarte y Compañía.

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