El presidente de CEIM afirma que los empresarios invirtieron más de cuatro billones en 1984

El presidente de la Confederación Empresarial Independiente de Madrid (CEIM), Fernando Fernández-Tapia, exculpó ayer a los empresarios del aumento del paro y la falta de inversión en su intervención en la asamblea anual de la patronal de Madrid. Fernández-Tapia, que aseguró que los empresarios habían invertido en 1984 la cantidad de cuatro billones de pesetas, pidió mayor flexibilidad del mercado de trabajo, reducción de cuotas a la Seguridad Social y la eliminación del déficit público.La intervención de Fernando Fernández-Tapia en la asamblea de la CEIM estuvo caracterizada por la intención de exculpar a los empresarios del crecimiento del paro y la falta de inversión. El presidente de la patronal madrileña ironizó sobre las últimas medidas del Gobierno, que calificó de "contrapuestas e insuficientes", afirmando que "el equipo médico gubernamental está, más que haciendo medicina, haciendo conjuros. Y sólo de vez en cuando se atreve a dar antibióticos al enfermo".

Fernández-Tapia subrayó que mientras por un lado se intenta incentivar el consumo, por otro se instrumentan medidas de coacción fiscal que "no favorecen el clima de confianza que necesita la actividad empresarial. La confianza", dijo, "es fácil de perder y cuesta mucho volver a recuperarla".

Para el presidente de la CEIM, que esbozó un escenario económico negativo, "las acusaciones de insolidaridad dirigidas a las empresas por parte de la Administración o de las centrales sindicales en relación con el empleo", carecen de validez, dado que en 1984 "los empresarios han invertido más de cuatro billones de pesetas que han creado casi dos millones de colocaciones".

También, según Fernández-Tapia, están fuera de lugar las afirmaciones "de determinadossectores del Gobierno que manifiestan que las peticiones de los empresarios han sido atendidas y que se dan las condiciones necesarias para el relanzamiento de la inversión". Por el contrario, el dirigente patronal mostró su convenIcimiento de que "la confianza y la ihversión llegarán cuando se logren nuestras justas peticiones".

Estas peticiones las resumió en el establecimiento de un límite al aumento de los impuestos, una reforma del gasto público que detanga su crecimiento, una reforma de la Seguridad Social, que impida la actual "sangría económica" y una mayor flexibilidad del mercado de trabajo en línea con lo pactado en el Acuerdo Económico y Social (AES).

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ncumplimiento del Gobierno

Precisamente, en este punto incidió posteriormente el dirigente empresarial. A su juicio, el Gobierno no ha cumplido ni con la letra ni con el espíritu de lo recogido en el AES sobre adaptar nuestra legislación laboral a la que se aplica en los países comunitarios. "Desde el punto de vista laboral", dijo, "comenzamos 1985 con esperanza. El desarrollo del AES podía suponer la salida del túnel de rigideces en materia laboral y de Seguridad Social". "Desgraciadamente", concluyó, "esta esperanza se ha visto defraudada".Los informes de las distintas comisiones de CEIM, presentados en la asamblea, coincidieron a grandes rasgos con el panorama dibujado por su presidente. Los responsables de las mismas pidieron una mayor flexibilidad de contratación, como factor estimulante del empleo, y se mostraron partidarios de la libertad de horarios comerciales.