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La ensalada de tabasco, remedio para apagar la sed

La frase "no se me adelanten, pero tampoco se me retrasen" tuvo ayer su razón de ser en la bolsa. Resulta que bastantes operadores habían apostado íntimamente en favor de un repunte de los cambios a cuenta de la firma del tratado de adhesión a la CEE y a una supuesta mejoría de la actitud inversora.Al comprobar que el mercado continúa por sus fueros y que los descensos son otra vez la tónica general, el desánimo se apodera del parqué, precisamente cuando parece que los precios empiezan a tocar fondo. El índice general se deslizó ayer sólo ocho centésimas a la baja, lo que supone un movimiento puramente testimonial e insinúa la dificultad de sufrir un descenso más allá de la barrera del 109%. En todo caso, la bolsa tiene ante sí una nueva prueba, precisamente en el último día de la semana.

Ésa es la impresión que tienen, al menos, aquellos analistas de talante más positivo, porque los pesimistas consideran que la imagen ofrecida ayer por el mercado es muy negativa. Se fundamenta este estado de opinión en que la bolsa ha sido incapaz de reaccionar ante las novedades del sector eléctrico, especialmente por el anuncio de que Iberduero aumentará su dividendo al 9%.

Ya se decía el pasado martes que los castigos sufridos por las eléctricas pedían a gritos un reajuste técnico en el precio de estos valores. Ese proceso comenzó ayer, con una ganancia de 29 centésimas en el indicador particular del sector, pero algunos expertos confían en que esta recuperación no se detenga ahí. Parecen olvidar, de alguna manera, que las declaraciones realizadas durante estos últimos días disimulan el hecho de que todavía se encuentran abiertos los intercambios de activos y que toda la fraseología utilizada se reduce a propósitos de buena intención. Eso no quiere decir que este tema no se vaya a solucionar, pero parece lógico que los inversores esperan a tener datos más concretos.

Las ventas originadas por algunas sociedades de cartera del Hispano se han traducido estos días en un aumento del volumen diario de contratación -el miércoles alcanzó 1.298,6 millones de pesetas efectivas-, aunque parece que, una vez fijados los precios a la baja, las compraventas se han establecido fuera del mercado. De esta manera, se ha evitado una mayor incidencia negativa de esta operación limpieza, a pesar de que tanto Hispanif como Indus, las dos sociedades supuestamente implicadas en este asunto, registraron-ayer descensos de ocho y un enteros, respectivamente.

Al margen de esa historia, el Banco de Valencia también sufrió ayer el recorte de un entero, a pesar de las informaciones publicadas respecto a que el Central estaría dispuesto a suscribir una ampliación de capital de esa entidad levantina -que pasaría a contar con 5.020 millones de pesetas- mediante la suscripción de una acción nueva por cada acción antigua, a la par.

La bolsa, sin embargo, parece estar por encima del bien y del mal mientras deja pasar la posibilidad de protagonizar una reacción en esta época de repartos de dividendos y se encuentra con un fondo cada vez menos firme. Algunos operadores empiezan a situarse claramente a la baja, pero la prudencia debe de ser ahora la virtud más aconsejable para los ahorradores.

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