Iberduero pide paciencia en el saneamiento de las eléctricas

Manuel Gómez de Pablos, presidente de Iberduero, manifestó ayer que "no hay que impacientarse con el saneamiento financiero de las compañías eléctricas, que debe realizarse sin poner en peligro la estabilidad financiera de las empresas". Iberduero obtuvo unos beneficios de 16.060 millones de pesetas en el pasado ejercicio, que le permitirá repartir un dividendo del 9%, medio punto más que el pasado año.

En una reunión informativa, previa a la junta general de la sociedad, que se celebrará el sábado, el presidente de Ibuerdo solicitó un mayor automatismo en la modificación de las tarifas y dijo que un sector eléctrico estable va en beneficio de las empresas y de la economía española".A este respecto se refirió al proceso de saneamiento financiero promovido desde la Administración y opinó que es conveniente tener paciencia en el mismo para no desequilibrar a determinadas empresas. Al comentar el intercambio de activos en discusión, manifestó que "Iberduero va a hacer un esfuerzo sin comprometer su futuro". Añadió que esperaba que el proceso quedará terminado antes de terminar este mes.

Gómez de Pablos se refirió al ejercicio económico e industrial de Iberduero en 1984, señalando que se caracterizó por sus favorables resultados y por el efecto beneficioso que ha tenido en el mismo la excelente pluviosidad del pasado año. El año 1985 será incluso más favorable, debido a la favorable evolución del índice pluviométrico en la primera mitad del año en curso.

Aumento de los beneficios

Los datos económicos de la empresa ofrecen un balance con un incremento de los beneficios de casi 2.000 millones sobre el ejercicio anterior, un aumento de los consumos en su mercado del 5,1%, una diminución en la producción total y un aumento de sus compras de energía a otras empresas del orden del 3%. El balance ofrece un incremento de más de 50.000 millones en el inmovilizado de la central de Lemóniz.

Sobre la evolución de los valores eléctricos en la bolsa, opinó que las cotizaciones no han alcanzado un techo y que algunas empresas debían tener un valor superior en Bolsa, a tenor de la situación real de esas sociedades.