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Los fanáticos de la grada

Grupos de jóvenes organizados proliferan en los campos de fútbol para animar a su equipo y combatir al rival

En el Santiago Bernabéu se llaman Ultra Sur; en el Manzanares, Frente Atlético; en el Camp Nou, Boixos Nois, y en Gijón, Ultra Boys. La antigüedad de estas bandas no supera en ningún caso los tres años, pero en uno se han extendido de Barcelona a Cádiz, de Valencia a Sevilla. Su modelo es el británico o el italiano. Son muchachos que rondan los 20 años, radicales y sin un duro, que cada 15 días se colocan detrás de una portería armados con banderas, vestidos de punkies, mods, rockers o heavies. Las ya viejas reyertas entre diferentes bandas de rockeros se han actualizado con otro tipo de espectáculo, tan masivo como el pop: el football. Son los fanáticos del fondo sur, hinchas acérrimos de su equipo, salvaguardas de la honra de los clubes, que durante años les protegieron. Pero llegó la hora de tomar precauciones.

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La violencia en el campo del Real Madrid lleva un nombre: Ultra Sur. El club madridista tiene declarada la guerra a los socios y aficionados que se agrupan bajo esa denominación. Sus integrantes se asegura que son fruto de una escisión producida en la peña madridista Las Banderas. Los dirigentes de esta peña expulsaron a un grupo de sus miembros ante el cariz violento que tomaban, y que ahora ponen en práctica en el Fondo Sur del campo.La respuesta madridista a esa guerra comenzó en 1983. Ese año, en Zaragoza, se disputó la final de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Barcelona. El club madridista organizó el viaje de sus socios a Zaragoza en autocar. En uno de ellos viajó un grupo de aficionados y socios madridistas que convirtió el autocar en campo de batalla.

La Comisión de Disciplina del Madrid consiguió identificar a 11 viajeros como autores de los actos de violencia. De los 11 identificados, que, además, coincidieron en su tipo de vestimenta -pinchos, una calavera y el pelo a lo punk-, siete eran socios del club. Fueron expulsados.

El Real Madrid expulsó a tres socios más la pasada temporada al probar que, en el partido frente al Athlétic de Bilbao, lanzaron bengalas al campo. Una de ellas alcanzó al portero bilbaíno.

Más de 300.000 pesetas por partido se gasta el Madrid en la contratación de unos 120 vigilantes jurados, que se encargan de mantener el orden en las gradas del estadio Santiago Bernabéu y de bolaborar con los porteros y acomodadores del club madridista. La cifra de vigilantes se triplicó esta temporada.

El Madrid, tras la agresión que sufrieron el miércoles Santillana y San José, después del partido de ida de la final de la Copa de la Liga frente al Atlético de Madrid, se dirigió por escrito al Gobierno Civil de Madrid, para que extreme su vigilancia para el partido de vuelta, el día 15, ante el temor de posibles represalias de los Ultra Sur contra los aficionados del Frente Atlético, a cuyos integrantes se les acusa de las agresiones.

El pasado 18 de mayo, en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa de la Liga, entre el Real Madrid y el Barcelona, jugado en el Santiago Bernabéu, según una fuente del club madridista, un vigilante jurado detuvo a un socio, situado en la demarcación de los Ultra Sur, por lanzar una bengala al terreno de juego. Éste se resistió, junto con un hermano y un amigo, por lo que intervino la Policía Nacional, que les llevó detenidos a la comisaría de Chamartín, donde fueron denunciados.

La versión del padre de los dos hermanos, Antonio y Manuel Manzano Carmeño, de 21 y 18 años respectivamente, es diferente. El padre asegura que el vigilante jurado del Madrid llegó agredir con su porra a Manuel, al que se le atribuye el lanzamiento de la bengala. Añadió que a los detenidos les llevaron a una habitación dentro del campo, donde les pegaron y les desnudaron para ver si estaban pinchados. La familia denunció por malos tratos a la Policía Nacional y a los guardias.

Agresión en la carretera

El 17 de febrero de 1985, después de jugarse el partido Atlético de Madrid-Valencia, cuando el equipo valenciano regresaba a su ciudad en autocar, éste fue agredido en las proximidades del Manzanares. Un grupo de aficionados jóvenes lanzó piedras al autocar, al que rompieron varias lunas.

El gerente del Valencia, Salvador Gomar, resultó con heridas por los cristales rotos. Algunos jugadores del Valencia saltaron del autocar y alcanzaron a uno de los jóvenes atacantes, del que, al ser menor de edad, solamente se facilitaron las iniciales: A. G., que un tiempo antes causó baja como socio del Atlético de Madrid por falta de pago. Detenido inmediatamente por la policía, fue trasladado a la Comisaría de Carabanchel, donde fue denunciado por el propietario del autocar. El caso está en el juzgado y aún no ha sido resuelto.

En seguida se culpó, como ahora en el apedreamiento de Santillana, a los Ultra Sur, aunque sus dirigentes afirman que nada tienen que ver. Ultra Sur es una derivación de la peña Rubén Cano (en 1982, Hugo Sánchez, y hace dos temporadas, Frente Atlético). Su retrato robot es como el de otras bandas, sólo cambian los colores: Tienen entre 16 y 18 años, estudiantes y parados. Se reúnen en un pub. Hay punkies, rockeros, mods, heavies; de Fuerza Nueva, a UGT y PSOE. Su ideal de sangre rojiblanca es Arteche; y su odio máximo, el Real Madrid.

Se cartean con Europa

Ninguno oculta que hace años la directiva les ayudó porque le interesaba, como a otras, mantener un cierto respaldo de la masa ante determinadas situaciones comprometidas. Los Ultra Boys de Gijón guardan hasta la artillería en un rincón del campo, cedido por el propio club. Y en la misma revista oficial del Spórting se justifican: "Es un follón transportarlas a pie desde los barrios (...) Si a veces fallan las bengalas, explotan o caen al campo, que la gente sepa que no lo hacemos por fastidiar o montar bronca, sino porque, como no tenemos un dura, las compramos caducadas y fallan", según informa Mario Bango.

Su filosofía es sencilla: "Nos nos gustar empezar la bronca y menos herir la sensibilidad del espectador, pero si faltan al respeto al Spórting tendrán la respuesta que merecen".

Los Ultra Boys se llevan bien con los ultras de España que están empezando ahora, como las Brigadas Amarillas del Cádiz; la Brigada Norte Biri Biri del Sevilla, y la Brigada Ultra Fondo Norte del Valencia.

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