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Rechazado el nuevo plan de viabilidad para la empresa de componentes electrónicos Bianchi

La Comisión Ejecutiva del Plan de Reconversión de Componentes Electrónicos decidió, en su última reunión, celebrada a mediados de la semana pasada, no aprobar el nuevo plan de viabilidad presentado por la sociedad Bianchi. La empresa vasca reclamaba nuevas ayudas por un importe global de unos 2.000 millones de pesetas.

La decisión adoptada por la Comisión Ejecutiva del Plan de Reconversión, que preside el director general de Electrónica e Informática, Juan Majó, no evita que Bianchi pueda volver a presentar un nuevo plan de despegue (nombre dado al último plan de viabilidad), pero prácticamente la condena a desaparecer a medio plazo. Bianchi en la actualidad se encuentra parada.En el seno de la Comisión se llegó a proponer por una de las partes una alternativa intermedia que consistiría en que el coste del reflotamiento de Bianchi se repartiera entre el Gobierno central y el autónomo vasco. Sin embargo, la propuesta fue rechazada porque "la gestión de la empresa", según afirmaron fuentes de la Comisión, "ha perdido credibilidad ante las administraciones central y vasca".

El problema de Bianchi, según aducen las mismas fuentes es que "no hay empresario, ni responsables". En los dos últimos años, la empresa ha tenido cinco directores generales.

Primera reconversión

Bianchi entró en la reconversión del subsector de componentes electrónicos junto con Piher y Fagor Industrial. En noviembre de 1984, la Comisión Delegada para Asuntos Económicos aprobó ayudas para esta empresa por un importe próximo a los 1.000 millones de pesetas, de los que una buena parte fueron destinados a financiar un excedente de plantilla que afectó a unos 300 trabajadores, aproximadamente la mitad de la plantilla total. Dichas ayudas fueron insuficientes para la empresa que se ha visto obligada a reclamar a la Administración nuevos fondos.En el último plan, Bianchi pedía una subvención de 600 millones de pesetas para el año en curso y otra de 500 millones para 1986. Asimismo, reclamaban la transformación de los créditos avalados por él Banco de Crédito Industrial en 1984, por un importe de 911 millones de pesetas, en subvenciones.

Asimismo, solicitaban la puesta a cero del contador de desempleo y el aplazamiento al máximo de las deudas con la Seguridad Social y las haciendas, tanto foral como central, que se elevan a 1.500 millones de pesetas.

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