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LÍBANO, LA GUERRA INCESANTE

Hafez el Asad acentúa el protagonismo sirio en Líbano tras su entrevista con Amín Gemayel

Las 18 horas de conversaciones celebradas en Damasco a finales de esta semana entre los presidentes de Líbano y Siria, Amín Gemayel y Hafez el Asad, parecen haber incitado a este último a acentuar su protagonismo en la política interna libanesa cuyas principales figuras se declara partidarias de una intervención del Ejército sirio en Beirut. Por de pronto, un precario alto el fuego entró en vigor en la noche del viernes en los barrios meridionales de la capital libanesa, horas después de que fuese decretado por la milicia Ama¡ en respuesta "al anhelo de nuestro hermano Hafez el Asad", según explicó su jefe, Nabib Berri.

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Aunque ha incrementado las posibilidades de un avance militar sirio hacia Beirut, el ataque perpetrado por Amal -por cuenta de Damasco- contra los campamentos de refugiados de la capital está, sin embargo, alejando a los grupos palestinos rebeldes a la autoridad de Yasir Arafat, líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), del régimen sirio, bajo cuya tutela se habían colocado.Coordinación militar

Aparte de calificarlas de "positivas" y "excelentes", la Prensa beirutí de ayer apenas proporcionaba detalles sobre las largas discusiones de ambos jefes de Estado. Todo lo más, algunas informaciones señalaban que consejeros militares sirios asesorarán al Ejército regular libanés en su cometido de mantenimiento del orden y que un centro castrense sirio-libanés de operaciones será puesto en pie y podrá, en caso de necesidad, echar mano de las fuerzas armadas sirias destacadas en Líbano.

Éste sería el primer paso, se especulaba en Beirut, antes del, despliegue en la capital -e incluso en el sur del país- de las tropas de Damasco, una vez terminada este mes la evacuación del Tsahal (fuerzas armadas de Israel), que gran parte de la clase política y de la opinión pública musulmana parecen desear con tal de poner fin al caos y a la violencia.

A petición de la Liga Árabe, varias divisiones sirias entraron ya en Líbano en 1976 pero, seis años más tarde, la invasión israelí, les obligó a abandonar el sur y Beirut. No obstante, cerca de 40.000 soldados sirios permanecen actualmente en la llanura oriental de la Bekaa y en la región septentrional de Trípoli.

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De estos efectivos militares, una parte habría sido puesta ya en estado de alerta con vistas a su próximo envío a la capital, según informaciones no confirmadas, pero todos los observadores descartan su entrada directa en combate para erradicar de Beirut la presencia armada palestina favorable a Arafat, el principal enemigo de Hafez el Asad y su línea radical.

La eliminación de los seguidores del líder de la OLP, acusados de "conspirar contra Amal", ha sido el principal objetivo de la operación desencadenada hace casi dos semanas por el movimiento político-militar Amal contra los tres campamentos de refugiados palestinos de Beirut, donde elementos leales a Arafat intentaban reorganizarse militarmente. Ahora, a través de Amal, el régimen baasista de Damasco continúa su política de acoso a la línea moderada de Arafat, iniciada abiertamente en junio de 1983 con su expulsión del territorio sirio y desarrollada en noviembre y diciembre de ese mismo año con el sitio al que fue sometido en la ciudad libanesa de Trípoli, que abandonó finalmente por mar, por parte de los disidentes palestinos, apoyados por el Ejército sirio.

Para no aparecer como traidores ante su propia población civil agredida por los shiíes, los fedayin rebeldes, minoritarios en los campamentos, no han tenido más remedio que empuñar las armas y luchar para defenderse junto con los partidarios del máximo dirigente de la resistencia, mientras sus direcciones políticas se atrevían, por primera vez, a criticar públicamente a Damasco.

DistanciamientoEl primero en distanciarse de Damasco fue el prestigioso jefe del Frente Popular de Liberación de Palestina, George Habache, que aprovechó una visita a Argel para lamentar la "luz verde dada por Siria" a Amal. Su ejemplo fue después seguido por un portavoz de la facción radical acaudillada por Ahmed Jibril, que en 1983 llegó a felicitarse del. asesinato de Issain Sartaui, colaborador moderado de Arafat.

Entre los 500 Jedafin hechos prisioneros por Amal -cerca de 2.000, según fuentes palestinas- figura Saleh Zeidan, un miembro de la dirección del Frente Democrático para la Liberación de Palestina (prosoviético), otro grupo opuesto a Arafat pero que ahora se halla involucrado al lado de sus seguidores en la resistencia contra los shiíes.

Aunque, por ahora, no reconocen la convergencia de sus posiciones con las de su antiguo líder, las facciones disidentes denuncian, como aquél, "el nefasto papel sirio" en la guerra de los campamentos y rechazan entregar las armas de sus combatientes, que cederían los barrios bajo su control a la Sexta Brigada del Ejército libanés, compuesta por una mayoría de oficiales shiíes que no dudó en respaldar a Amal con todas sus fuerzas.

Aislamiento internacional

Más preocupante aún que su eventual pérdida de control de la disidencia palestina, que tantas dificultades tuvo en fomentar, es para Siria su creciente aislamiento internacional, puesto de relieve por el espectacular cambio de actitud de uno de sus pocos aliados, el líder libio Muammar el Gaddafi, que además de reconciliarse con Arafat denuncia ahora las "matanzas de palestinos" llevadas a cabo por los "Sharon árabes".

Un país árabe totalmente alineado con la URSS, como Yemen del Sur, también ha marcado sus distancias con su amigo sino, e independientemente de que el líder soviético, Mijail Gorbachov, un país árabe totalmente alineado con la URSS, como Yemen del Sur, también ha marcado sus distancias con su amigo sino, e independientemente de que el líder soviético, Mijail Gorbachov, haya o no recibido el 28 de mayo a Asad en Moscú -Damasco nunca desmintió la noticia, difundida por la agencia oficial- de prensa kuvíaití-, la Prensa jordana ha publicado extractos de una virulenta discusión entre el embajador soviético en Damasco y el vicepresidente sirio, Abdel Halim Jadidam.

El voto el viernes de la URSS en el Consejo de Seguridad de la ONU a favor de un proyecto de resolución, aceptado unánimemente, condenado por Líbano e, implícitamente, por Siria, demuestra hasta qué punto Moscú considera que la ofensiva contra los campamentos sirve ante todo a Israel y Estados Unidos, según fuentes diplomáticas.

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